AdriLove es una iniciativa que comenzó 12 años atrás, cuando Adriana López, su propietaria decidió hacer sus propios bikinis porque no encontraba ninguno que le gustara o eran muy caros. “Mi mamá hacía alta costura y me enseñó a usar la máquina para que yo no fastidie mientras ella hacía su trabajo. Así que aprendí muy temprano a coser”, recordó.
Cuando le pidió a su madre que le confeccionara los trajes de baño que no podía comprar por el alto precio, y esta le dijo que era una prenda complicada de confeccionar, Adriana optó por comprar la tela y probar qué tal le salía.
“Así empecé, experimentando, me salió bien y hace 12 años me dedico a la venta de trajes de baño. Al principio vendía a través de mi cuenta de Facebook, de las redes sociales. Después le pedía a mi papá que me llevara a San Bernardino, donde había una feria; alquilé un toldo de la municipalidad y me iba todos los fines de semana a vender. No tenía todavía marca”, afirmó.
Un verano después de aquel comienzo bautizó a sus prendas con el nombre de AdriLove, denominación que mantiene y que identifica a las prendas que ofrece en su local de Lambaré. Otras cinco mujeres la acompañan en esta empresa, confeccionando trajes de baño, incluso, en sus domicilios.
Los tejidos son importados, ya que en Paraguay no se obtienen telas elastizadas, de poliamida, de producción nacional. Los insumos provienen de China, EE.UU. y Brasil, y solo la confección y los diseños son paraguayos.
Adriana complementa la oferta de prendas de elaboración propia, con las importadas. Ofrece todo tipo de trajes de baño que están dirigidos a una amplia franja de clientas, desde bebés hasta mujeres adultas.
Los artículos se comercializan desde G. 165.000 hasta G. 280.000, en el caso de la línea estándar, mientras que los customizados pueden llegar a costar G. 350.000. “Confeccionamos en el taller. Como tengo experiencia ya sé lo que se vende, pero hay gente que viene y quiere bikinis customizados”, señaló.
Esta temporada confeccionaron menos trajes de baños personalizados ya que AdriLove ofrece una variedad de productos tal que cubre prácticamente cualquier preferencia individual. “Las chicas sí o sí encuentran algo que les gusta”, resaltó.
Pero más allá de los gustos, esta temporada las ventas se duplicaron. Como explicó Adriana, quizás esto se deba a que había muchas ganas contenidas de viajar y al flexibilizarse las restricciones sanitarias, las mujeres decidieron renovar sus guardarropas de mallas y bikinis.