Según la publicación, en los últimos 50 años el mundo sufrió una transformación debido a una explosión en el comercio global, el consumo y el crecimiento de la población humana, así como un enorme movimiento hacia la urbanización. El reporte asegura que dichas tendencias están impulsando la destrucción y la degradación de la naturaleza a causa del uso excesivo de los recursos naturales a un ritmo sin precedentes.
El Informe Planeta Vivo 2020 muestra una caída promedio del 68% en las poblaciones monitoreadas de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces entre 1970 y 2016.
Expone además que desde la revolución industrial las actividades humanas destruyeron y degradaron cada vez más los bosques, las praderas, los humedales y otros ecosistemas importantes amenazando el bienestar humano. Actualmente, el 70% de la superficie terrestre libre de hielo se encuentra significativamente alterada, la mayoría de los océanos están contaminados y se perdió más del 85% de la superficie de humedales.
Conforme al material, en los últimos decenios el principal motor de pérdida de diversidad biológica en los sistemas terrestres es el cambio de uso de suelo, principalmente la conversión de hábitats autóctonos puros en sistemas agrícolas, mientras que gran parte de los océanos son objeto de sobrepesca.
Así también, el reporte manifiesta que el nivel de impacto es diferente entre regiones, con las mayores disminuciones en áreas tropicales. De esta manera, América Latina es la región más afectada con una disminución de su población animal monitoreada en un promedio de 94%. La conversión de pastizales, sabanas, bosques y humedales, así como la sobreexplotación de especies, el cambio climático y la introducción de especies exóticas son factores clave.
Por otra parte, agrega que la biodiversidad de agua dulce está disminuyendo mucho más rápido que la de océanos y bosques. La publicación sostiene que, sobre la base de los datos disponibles, casi el 90% de los humedales mundiales se perdieron desde 1700, mientras que la cartografía mundial reveló recientemente la medida en que los seres humanos alteraron millones de kilómetros de ríos. Estos cambios tuvieron un profundo impacto en la biodiversidad de agua dulce, con tendencias de población de especies monitoreadas cayendo abruptamente.
Las 3.741 poblaciones monitoreadas - que representan 944 especies de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces - en el Informe de Planetas Vivos de Agua Dulce disminuyeron en un promedio de 84%, equivalente a 4% por año desde 1970 . La mayoría de los descensos se observan en anfibios, reptiles y peces, y se registran en todas las regiones, particularmente en América Latina y el Caribe.
Otro punto importante de la publicación es que solo un puñado de países - Rusia, Canadá, Brasil y Australia - contienen la mayoría de los lugares sin huella humana, las últimas áreas silvestres terrestres restantes en nuestro planeta. En el Mapa Global de la huella ecológica mundial del consumo por persona en 2016, Paraguay figura en un rango medio-alto, con niveles de entre 2 a 3,5 hectáreas por persona que habita el país, según datos de WWF Paraguay.