El índice Nikkei 225 - el índice bursátil más popular del mercado japonés- cayó ayer 13% y hoy espera su peor caída en años de forma consecutiva. Para analistas internacionales, el lunes negro superó lo que ocurrió en 1987 en Asia, cuando las economías de ese continente experimentaron un duro golpe.
Varios medios de comunicación se hicieron eco del impacto que generó la caída del mercado de valores japonés, debido a que el mundo comenzó a endeudarse hace un tiempo en yenes para hacer negocios y, desde el viernes, el Banco Central de Japón incrementó su tasa de interés 0,25 puntos, lo que impulsó a los deudores en yenes a vender sus posiciones en dólares para pagar deudas.
Las distintas bolsas sufrieron las siguientes caídas: Dow Jones bajó 2,6%, S&P 500 cayó 3,1% y Nasdaq 3,1% (EE.UU.), Frankfurt cayó 3%, París 2,6%, Londres 2,3%, Madrid 2,8% y Milán 4% (Europa) y algunos mercados de valores, como el de Argentina, también respondieron de la misma manera.
Para el economista Víctor Raúl Benítez, las confrontaciones bélicas como las de Ucrania y Rusia e Irán e Israel generan mayor incertidumbre en la economía real y en el sistema financiero. “EE.UU. demoró mucho para bajar sus tasas, ahora está en 5,25 y 5,50, lo que hace que la economía se enfríe y julio cerró con 114.000 empleos realizados, siendo que esperaban 174.000”, explicó.
Según Benítez, hay que esperar para ver qué ocurre en los próximos días, sin embargo, las señales como la caída de las empresas tecnológicas -de Nasdaq- producen temor, a tal punto de que el propio Warren Buffet retiró 10 millones de acciones de Apple, lo que le reportó unos US$ 1.840 millones. “En Paraguay el dólar puede subir, sin embargo, por el momento no hay que alarmarse porque contamos con US$ 10.000 millones en reservas”, dijo.
Respecto a las inversiones, el economista aseveró que tampoco serían afectadas, teniendo en cuenta que las estimaciones actuales mencionan que la exportación de carne y soja continuará su curso.
Por su parte, el economista Rodrigo Ibarrola coincidió con Benítez en que la cotización del dólar podría variar, cuestión que debe observarse sin alarmarse. “Mirando para nosotros, dado esto, lo lógico sería que el dólar se mantenga más o menos estable o no aumente mucho más”, manifestó.
Ibarrola señaló que los inversores ven una posible recesión porque el desempleo aumentó en EE.UU., lo cual se suma a que cíclicamente agosto es de por sí un mes con baja en las bolsas. Por esos motivos, los que poseen capital mudan sus inversiones de acciones a bonos o a cualquier otro activo seguro como el oro.