Ya en los 90 se especuló con la creación de una moneda multinacional, en ese entonces, cuando la integración del Mercosur estaba teniendo mayor fortaleza, pero con el tiempo la idea se fue desvaneciendo. “No le tengo mucha fe a la integración del peso argentino y el real brasileño, ambos gobiernos tienen millones de problemas que resolver antes que trabajar en un proyecto de esta magnitud. El trabajo que se tiene que realizar para iniciar un proceso así es imponente”, manifestó Manuel Ferreira, economista de MF Economía.
Para Ferreira, Argentina y Brasil deben mejorar sus panoramas particulares si desean integrar sus monedas, algo completamente contrario a la postura del ministro de Economía brasileño, quien había mencionado que la medida podría ayudar a Brasil a avanzar con su reforma fiscal y previsional.
“El proceso del Euro le tomó como 70 años a Europa, la primera propuesta de unificación de la moneda de los países del Viejo Mundo fue en 1920 y terminaron concretándola en 1995. Les tomó por lo menos 75”, sostuvo.
Ferreira explicó que la fusión de las monedas entre distintos países siempre nace con la coordinación de las políticas macroeconómicas de aquellos que la integrarán, lo que dura varios años y obliga a los bancos centrales a estar comunicados permanentemente, hecho que “nunca pasó en la región”, según Ferreira.
“Cuando arrancó el Mercosur en 1991 tuvimos un proceso de coordinación macroeconómica avanzado, sin embargo, en 1998 se desarticuló porque Brasil inició su plan para adoptar el real como moneda”, recordó.
De forma complementaria, Ferreira resaltó que renunciar a una política monetaria para adoptar otra no es algo simple y mucho menos algo que se debe tomar a la ligera.
Caso Euro
La Unión Económica y Monetaria (UEM) fue un proyecto que nació con la intención de integración europea a finales de los años 60. Dentro del plan se coordinaron políticas económicas y presupuestarias, una política monetaria común y una moneda común que daría ventajas para desempeñar el comercio transfronterizo empresarial, mejoraría los resultados de la economía y aumentaría las oportunidades para los consumidores.
Durante el camino para la conformación del euro aparecieron diferentes problemas como el débil compromiso político de los países, las divergencias en las prioridades económicas y turbulencias en los mercados internacionales. Finalmente, el tratado para la unificación de la moneda europea fue aprobado por el Consejo Europeo de Maastricht (Países Bajos) en diciembre de 1991.
Jugada política
“Más que nada, anunciar la intención de integrar la moneda podría ser una muestra de apoyo del gobierno brasileño a Mauricio Macri y por otro lado, una táctica de Jair Bolsonaro para defenderse, teniendo en cuenta que tampoco pasan por un buen momento económico”, agregó Ferreira.
En lo que corresponde al rol de Paraguay, el economista contestó que como país tenemos nuestras propias preocupaciones por lo que no es tan relevante debatir la integración monetaria.