“Para mí fue algo muy grande”, contó Yohana sobre el logro que la posicionó entre las mejores del país. Reconoció que, al recibir la convocatoria para participar en los Juegos, no lo dudó. “Era una buena oportunidad y se dio justo en un momento en el que estaba pensando cómo equilibrar la facultad y el deporte. Pero decidí dar el paso, y por suerte el resultado fue excelente”, afirmó con una sonrisa.
El camino hacia el título estuvo lleno de emoción y desafíos. Ramírez recordó que la pelea decisiva fue contra una rival que entrena en el Comité Olímpico, institución donde ella misma se formó.
“Esa fue mi mayor motivación. Dije: ‘Tengo que ganar como sea, tengo que demostrar que sigo siendo la misma que en 2022’. Y lo logré”, relató con orgullo.
Su historia con los guantes comenzó mucho antes del campeonato. A los 13 años, Yohana empezó practicando kickboxing, y más tarde dio el salto al boxeo.
“En 2020 nos llamaron del Comité Olímpico para hacer pruebas físicas y psicológicas. Me seleccionaron, y ahí empezó todo. Tuve que adaptar mis horarios del colegio, levantarme a las cinco y media para entrenar… fue una disciplina completamente nueva”, recordó.
Esa rutina la marcó profundamente. “El boxeo me cambió la vida. Me enseñó disciplina, respeto y constancia. No es un deporte de violencia, es de transformación. A mí me ayudó a crecer como persona”, expresó.
Por su talento y compromiso, sus entrenadores siempre vieron en ella un gran potencial.
“Era la más joven del equipo, y me decían que tenía condiciones. Eso me motivó muchísimo a seguir”, agregó.
Además de competir, Yohana se mantiene activa dentro del deporte como jueza de la Federación Paraguaya de Boxeo. Confesó que disfruta tanto ver boxeo como practicarlo, y que tiene referentes que la inspiran.
“Admiro a varios compañeros que empezaron desde cero y hoy son grandes boxeadores. Pero mi mayor referente es Angie Valdez, de Colombia. Competí con ella, y además de ser una campeona mundial, es una gran persona dentro y fuera del ring”, señaló.
Detrás de cada golpe hay una red de apoyo incondicional: su familia. “Mi papá siempre me apoyó desde que era una niña. Me llevaba a todos los entrenamientos, sin importar lo lejos que estuvieran. Mi mamá también estuvo siempre a mi lado. Ellos son mi motor”, reconoció con emoción.
Ahora, la campeona nacional ya piensa en lo que viene. Su próximo objetivo son los Juegos Sudamericanos en Santa Fe, donde volverá a representar a Paraguay.
“Este título fue un paso importante para volver al plano internacional. Estoy lista para competir y seguir dejando el nombre del país en alto”, aseguró.
Pero más allá de los títulos, Yohana tiene un propósito claro: inspirar. “Quiero ser un ejemplo para otras chicas, mostrar que el boxeo también es para nosotras. Es un deporte que te da fuerza, autoestima y confianza. Me encantaría tener ese papel en Paraguay”, afirmó.
Con su determinación, disciplina y humildad, Yohana Ramírez demuestra que su verdadera pelea es la de abrir camino para las futuras generaciones del boxeo femenino paraguayo.