El negocio emplea a personas dedicadas a la búsqueda, segregación y recuperación de los reciclables a través del proceso de extracción de materiales como papel, cartón, plásticos, vidrios, metales ferrosos y no ferrosos, además de polietilenos e isopor.
“El Rubio nació hace 30 años, como un pequeño emprendimiento de mi abuelo materno Enrique Gómez, más conocido como Rubio. En aquel entonces, el negocio estaba ubicado sobre Eusebio Ayala y la Victoria en un pequeño salón. Luego se mudó a Fernando de la Mora zona sur para hacerse de un lugar más grande”, comentó Ana Battilana, nieta del fundador y una de las actuales propietarias.
En cuanto a la capacidad con la que trabaja la recicladora, comentó: “En un año reciclamos unas 2.000 toneladas, lo que significa un impacto positivo en la población, en el sentido de que las personas aprenden a realizar una segregación adecuada de los materiales reciclables y no reciclables, cuidando así el medio ambiente”, agregó.
Además, la empresa se encarga de que los elementos reciclados vuelvan a las fábricas para su reutilización. “Todo se clasifica según el material y luego se entrega a las fábricas para ser utilizado como materia prima, volviendo nuevamente al mercado como caños de plásticos, cajas de cartón, sillas de plástico, ollas de aluminio, etc.”, señaló.
El Rubio trabaja además con proyectos como Mi Barrio sin Residuos, Sonidos de la Tierra, Proyecto Tetra Pak y Proyecto Buen Pastor. Cuentan con 30 recicladores con carritos, quienes en su momento fueron beneficiados con un proyecto, junto con la Fundación Moisés Bertoni, mediante el cual fueron capacitados para la clasificación de los residuos, además de brindarles uniforme, cascos, botas, chalecos reflectivos y guantes para el trabajo que realizan.
Por otra parte, a nivel general son cerca de 100 los clientes que posee la empresa, ya sean de supermercados, colegios, negocios y demás.