- ¿Cómo caracteriza a la situación del sector inmobiliario?
- Yo diría que es estable. Hay que entender que en el tema inmobiliario los plazos son largos, tienen una duración de 18, 20, 24 meses, por lo cual no tienen un impacto inmediato ni lo bueno ni lo malo. Hoy, los edificios que se iniciaron tienen la buena noticia de que siguen en pleno proceso, y las ventas también tienen estabilidad. Yo espero que eso siga.
- ¿A cuánto asciende el déficit habitacional?
- La demanda acumulada según el Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat (MUVH) es de 1.300.000 viviendas, de las cuales un porcentaje importante -más o menos el 65%- es una demanda cualitativa, es decir, piezas que faltan, baños que faltan, viviendas incompletas -que requieren ampliaciones, porque la familia creció- y demás.
Por otro lado, la demanda cuantitativa está por alrededor del 35%, más de 300.000 viviendas que faltan y cuyas familias hoy viven en alquiler. Ese es el problema a resolver.
- ¿Qué hace falta para ello?
- Como ya hemos dicho varias veces, el gran disparador puede ser el crédito hipotecario. Lo que esperamos es que el Poder Ejecutivo entienda esto y finalmente genere las condiciones para el acceso de la gente de ingresos medios al crédito, que es lo que verdaderamente va a disparar el desarrollo, porque ahí se conjugan una demanda insatisfecha acumulada de mucho tiempo y una capacidad de oferta, que hoy ya tenemos en el mercado. Falta el crédito. Eso va a resolver el problema de muchísimas familias, además de generar empleo y mantener la economía dinámica.
- ¿Qué es lo que esperan del Poder Ejecutivo?
- Que implemente las medidas que se necesitan, que no son muchas; sencillamente fondear la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD), y generar un sistema de fondo de garantía, que es el mismo fondo que tienen hoy nuestros ahorros en los bancos. Después de la crisis financiera el BCP instaló un sistema de fondo de garantía para nuestros ahorros, en el que si el banco tiene problemas, el ahorrista puede recuperar su dinero. Conceptualmente esto es igual, solo que en este caso es el banco el que presta dinero, y si mañana perdiste el empleo, el banco tiene un fondo en el cual respaldarse. Y lo bueno es que la garantía no pasa del 20% del valor del crédito. Es el porcentaje de los bancos de la región, pues la tasa de morosidad es muy baja, ya que lo último que uno deja de pagar es por su vivienda.
- ¿Es suficiente ese porcentaje?
- Con el 20% los bancos están cubiertos y con eso se amplía el sistema. Lo ideal es que este proceso sea iniciado por el BNF como se hizo en todos los demás países. El BNF es un banco público, no tiene fines de lucro, con lo cual la tasa puede ser menor, el spread puede ser menor. Si nuestro país consigue dinero en 4,7%, con 1,5% o 2% que le agregue de spread el BNF, yo creo que se puede tener tasas del 7% o 7,5%, que serían mucho más interesante aún para ese segmento de familia donde un porcentual de la tasa puede expulsarle del sistema. Esa es otra medida importante que hay que hacer, fondear la AFD ahora que ya lo puede hacer con el nuevo cambio de su estatuto, ya puede buscar dinero como busca el país en el mundo para poner en el sistema. Ese dinero después vuelve como pago de créditos y ahí se va ampliando la rueda. Ese es el círculo virtuoso que tenemos que construir.
- ¿Qué beneficios traerá ese círculo virtuoso que menciona?
- Va a generar un desarrollo inmobiliario genuino, el desarrollo de nuestras ciudades, la mejora de la calidad de vida de la gente que tiene que viajar hoy dos horas para ir al trabajo, la mejora en la congestión del tráfico, el ahorro nacional, la generación de empleo, que va a ser necesaria sobre todo cuando un sector de la economía, por efecto de la sequía, va a estar pisoteado. Necesitamos generar otros motores, prender otros motores, y uno de ellos es el inmobiliario.
- ¿Qué hace el gremio para impulsar lo que propone?
- Esta es una decisión del Poder Ejecutivo. Nosotros como gremio, como Capadei, en el Gobierno anterior impulsamos una ley de incentivo a la vivienda y de desarrollo urbano, que el Congreso sancionó. Infelizmente hasta ahora no tenemos el decreto que lo reglamente. Está ahí la ley, el marco jurídico, pero falta la decisión para implementar esto. El crédito inmobiliario en Paraguay es casi testimonial. La AFD está haciendo su esfuerzo, pero todavía el volumen es muy bajo, si lo comparamos con la región. Todo el crédito hipotecario paraguayo no pasa del 1,5% del PIB, cuando en Chile es del orden del 23%. Somos el último país en América Latina que no tenemos un sistema de incentivo al acceso al crédito hipotecario. La clave para mí es que si no hay crédito hipotecario, el desarrollo inmobiliario va a ser muy reducido.