Luego de cada intento fallido, nos quedamos con pena, frustración y a veces rabia con nosotros mismos y con los profesionales que intentaron ayudarnos a lograr el objetivo de adelgazar y poder finalmente sostener el peso en el tiempo. Muchas veces vemos personas que se destacan a la hora de seguir las indicaciones, con disciplina, dedicación y de todos modos, por alguna razón, no logran el tan esperado descenso y bienestar prometido.
Esta es la era de la información y tanto profesionales como pacientes estamos llamados a buscar la información correcta; aquellas herramientas que, en el momento de ser aplicadas nos confieran la satisfacción plena de conseguir sin sufrimiento lo que tanto buscamos a veces con desesperación: salud, bienestar, peso adecuado.
Es primordial no creer todo lo que uno escucha y es elemental no seguir las indicaciones de personas que no están certificadas. Lo que verdaderamente importa es la actitud con la que elegimos los alimentos y sobre todo conocer a los alimentos y a las necesidades de nuestro propio cuerpo.
ALIMENTOS FUNCIONALES
Las dietas milagro no existen. Pero sí existen alimentos milagrosos, también llamados: “súperalimentos” o científicamente “alimentos funcionales”, los cuales, además de estar incluidos en la nutrición básica y ser de fácil acceso, se destacan por proveer beneficios “extra” para el organismo, ya sea favoreciendo la formación de bacterias intestinales beneficiosas o promoviendo el aumento de la actividad cerebral.
Algunos de estos alimentos son: la banana, el tomate, el ajo, la cebolla (FOS, fructooligosacáridos), los yogures (cuyas bacterias lácticas previenen malestares, gases, intolerancias y alergias alimentarias), los aceites esenciales como el omega 3, 6 y 9 (presentes en las semillas sésamo, chía, lino, pescados de río y de mar), frutos secos como almendras, nueces, castañas y maní, conocidos también con el nombre de “grasas buenas”, ya que eliminan el colesterol malo, previniendo las enfermedades que afectan al corazón.
Asimismo, el consumo de granos de cereales (no refinados) aporta la fibra necesaria junto con los vegetales y frutas para prevenir el estreñimiento o enfermedades como el cáncer de colón.
¿EXISTE UN ALIMENTO QUE ME AYUDE A QUEMAR GRASA?
Sí, esto lleva el nombre de “efecto termogénico de los alimentos”. Consumiendo, por ejemplo, proteínas de alto valor biológico disponibles en las carnes, huevos y quesos, aumentamos el gasto energético, es decir: la digestión de los alimentos es un trabajo del cuerpo que requiere energía y para digerir estos alimentos nuestro cuerpo utiliza más energía. Es así como el alimento nos ayuda a quemar grasas, aumentando el metabolismo basal.
Otro ingrediente principal a la hora de que quemar grasa es el agua pura, el único líquido hidratante. Facilita la función correcta de los riñones, por lo cual permite al hígado quemar más grasa, evitando la acumulación innecesaria de grasa corporal. El agua es el ayudante número uno de la pérdida de peso, disminuye el apetito si es tomada en las cantidades necesarias. Tomar agua fría ayuda aún más.
Ya ha sido comprobado que no existe medicación que sirva para el tratamiento del sobrepeso y la obesidad, pero existe la posibilidad más accesible: aprender a comer y lograr el cambio de peso por añadidura. Comiendo bien, los kilos se bajan solos.
La recomendación general es: hidratación, alimentación, movimiento, descanso y cambiar la actitud con la que elegimos lo que comemos. Más información sobre este tema, podés encontrar en @nutricoachingpy o llamando al 0994 882859 o 0992 291571. Instagram @nutricionistagiovannadestefano.