Y es que la planta de Triumph Group Inc, en Hawthorne, California, encargada de proveer los fuselajes del avión a Boeing desde 1966, se puso en venta por partes, lo que hace suponer que el fin del icónico cuatrimotor está cerca.
Podría ocurrir que Boeing opte por buscar otro partner que haga los fuselajes, o bien encargarse de ello por cuenta propia, en vista que de momento aún tiene equipos sobre todo cargueros que justificarían la continuidad del programa por al menos unos tres años más, no obstante, es sabido que los bimotores son el futuro de la aviación comercial, por lo que en caso de perdurar la línea fabril, tampoco sería por mucho tiempo más.
Paul Bergman, portavoz de Boeing, declaró cuanto sigue: “Continuamos construyendo el 747-8 para cumplir con la acumulación de pedidos del avión y continuaremos tomando las decisiones correctas para mantener una línea de producción saludable. Con los slots de producción ocupados durante los próximos años, estamos trabajando estrechamente con nuestros proveedores para cumplir con los compromisos de los clientes”.
Los aviones cuatrimotores como “la reina de los cielos” y el “súper jumbo” A380 ya no encuentran su lugar en la aviación comercial de pasajeros, puesto que bimotores como los 777 y 787 Dreamliner de la misma Boeing y A350 de Airbus pueden llevar casi la misma cantidad de pasajeros que un cuatrimotor a menor costo por asiento y aún con mayor autonomía, pudiendo además ser asignados a muchas más rutas y operar en aeropuertos que no requieren de equipamientos especiales para aviones tan grandes.
A pesar de los pronósticos poco alentadores, existen casos como el del 767, que resurgió como carguero, acumulando en su versión Freighter una interesante cantidad de órdenes luego de cerrada la producción para pasajeros, por lo que, así como en la adaptación de avión de repostaje de combustible en vuelo KC, en unos años el escenario podría jugar en favor del 747-8F.
Fuente: Aeronáutica Paraguay