Marco legal: lo que dice (y no dice) la ley
En Paraguay no existe una ley especial que regule de forma exclusiva el alquiler de viviendas. El régimen aplicable se encuentra principalmente en el Código Civil, bajo las reglas generales del contrato de locación. Esto significa que la relación entre el arrendador y el arrendatario se rige por lo que ambas partes acuerden al firmar el contrato, dentro de los límites generales del derecho civil.
En otras palabras, no hay reglas específicas que determinen, por ejemplo, cuánto puede durar un contrato de alquiler, con qué frecuencia puede actualizarse el precio o qué debe pagarse como garantía. Todo depende de lo que se pacte expresamente entre las partes.
Vacíos legales: una fuente de incertidumbre
La falta de regulación específica deja varios aspectos importantes sin respuesta clara. Entre ellos:
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Aumentos de alquiler: No existe una norma que fije topes o fórmulas obligatorias de ajuste. El arrendador puede proponer aumentos al renovar el contrato, y el inquilino debe aceptar o buscar otra opción. Si no se pacta un mecanismo claro en el contrato, el reajuste queda a discreción del propietario.
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Duración mínima: Tampoco hay un plazo legal obligatorio. Puede pactarse por meses o por años. En ausencia de estipulación, se presume que el contrato es por un año (art. 1881 del Código Civil), pero esto puede generar conflictos si no se formaliza adecuadamente.
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Formalización: La ley no exige que los contratos de alquiler de vivienda estén por escrito ni que se inscriban. Esto habilita la informalidad y, en caso de conflicto, dificulta probar lo acordado.
La importancia del contrato escrito
Aunque no es obligatorio, contar con un contrato escrito, claro y completo es fundamental para ambas partes. Un contrato bien redactado debe incluir al menos:
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Identificación de las partes (con cédula y domicilio).
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Descripción del inmueble alquilado.
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Duración del contrato y fecha de inicio.
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Precio mensual del alquiler y forma de pago.
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Monto de la garantía (habitualmente equivalente a un mes de alquiler).
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Cláusulas de ajuste (por ejemplo, anual según IPC).
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Obligaciones de mantenimiento y reparaciones.
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Condiciones para renovar, rescindir o terminar anticipadamente el contrato.
Ejemplo práctico: si el contrato no aclara quién se hace cargo de reparar una pérdida de agua, esto puede derivar en demoras o en discusiones que se podrían evitar con una cláusula específica.
Conflictos más comunes y su resolución
Los principales problemas en los contratos de alquiler incluyen:
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Falta de pago: Cuando el inquilino deja de pagar, el propietario debe iniciar un juicio civil de desalojo. No puede tomar la vivienda por su cuenta ni cortar servicios.
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Incumplimientos contractuales: Como el uso indebido del inmueble, subarriendos no autorizados, daños a la propiedad o incumplimiento de cláusulas pactadas.
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Negativa a reparar: Algunos propietarios se niegan a hacer reparaciones necesarias. En estos casos, el inquilino puede reclamar judicialmente, pero debe probar el defecto y el perjuicio.
Los conflictos deben resolverse en los tribunales civiles. Si el contrato está correctamente formalizado, un juicio de desalojo puede durar entre tres y seis meses, aunque puede alargarse si hay oposición del inquilino.
Impacto social del acceso a la vivienda en alquiler
El alquiler no solo es una opción para quienes no desean comprar, sino una necesidad para miles de personas con ingresos bajos o sin acceso al crédito. Paraguay tiene un déficit habitacional de más de un millón de viviendas, lo que obliga a muchas familias a alquilar en condiciones precarias o informales.
Además, la informalidad contractual es común. Según expertos del sector, muchos acuerdos se hacen de palabra, sin contrato escrito, lo que deja desprotegidas a ambas partes. Por eso, distintas organizaciones han propuesto una ley de alquileres que regule condiciones mínimas, establezca topes de reajuste, y cree un registro público de contratos.
Consejos prácticos para alquilar con seguridad
Tanto inquilinos como propietarios pueden tomar medidas sencillas para evitar conflictos y actuar conforme a la ley:
Para inquilinos:
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Siempre exija un contrato por escrito.
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Lea cuidadosamente las cláusulas antes de firmar.
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Asegúrese de que el monto de la garantía esté claramente establecido y se le entregue un recibo.
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Guarde comprobantes de pago del alquiler.
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No realice mejoras o cambios sin autorización escrita del propietario.
Para propietarios:
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Redacte contratos claros, con apoyo profesional si es posible.
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Establezca plazos razonables y mecanismos objetivos de ajuste.
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Documente el estado del inmueble al inicio y al final del contrato.
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Respete el proceso legal en caso de desalojo; no recurra a medidas de hecho.
El mercado de alquileres en Paraguay necesita mayor seguridad jurídica y reglas claras. Mientras se debate una ley específica, es fundamental que tanto inquilinos como propietarios conozcan sus derechos y obligaciones, y formalicen adecuadamente sus contratos. La vivienda es un derecho básico, y un contrato bien hecho es la mejor herramienta para garantizarlo.