La idea nació y se hizo realidad hace aproximadamente seis meses, luego de observar la necesidad de acelerar el servicio de tragos en eventos sociales, evitando las largas filas en las barras tradicionales. Esta barra propone una experiencia visualmente atractiva, con un diseño rústico y elegante, pero también práctica, pensada para adaptarse a bodas, cumpleaños, eventos empresariales y todo tipo celebraciones en general. “Quería ofrecer algo diferente, que llame la atención desde lo visual y también desde lo funcional”, explicó Gabriel a Infonegocios.
La transformación de la moto que fue restaurada desde cero, con pintura nueva, modificaciones estéticas y técnicas, además de un sistema de presión con CO2 que permite mantener las bebidas frescas y con presión. La inversión inicial rondó entre G. 35 y 40 millones, considerando tanto la compra del vehículo como su adecuación y los insumos. También se sumó la fabricación de un carrito especial para transporte y logística.
Actualmente, el equipo de trabajo está compuesto por cuatro personas: Gabriel, su pareja, un asistente para eventos y un encargado de soporte logístico. En apenas seis meses de funcionamiento, La Botticella ya participó en diversos eventos y la recepción del público ha sido positiva. “A la gente le gusta poder personalizar su trago, elegir los toppings y formar parte del proceso”. Lo que más llama la atención de los clientes es la posibilidad de elegir entre una variedad de toppings, lo que les permite personalizar aún más sus bebidas según sus gustos
Su estrategia está basada en la recomendación boca a boca de clientes, el emprendimiento va ganando terreno en el mercado de eventos, de a poco, con fechas ya agendadas luego algunas actividades cubiertas. Aunque reconoce que lo más difícil es posicionarse, Gabriel apuesta siempre por la perseverancia. “Si tenés una idea y estás dispuesto a trabajar por ella, los resultados llegan”, afirmó con convicción.