En su más reciente post, Mark Zuckerberg, habla sobre la responsabilidad que su compañía tiene por el poder que ha acumulado, pero les dice a los gobiernos: “¡Hey! ustedes también piensen en algo”.
Específicamente un tópico clave en las políticas de esta compañía es el “contenido perjudicial” y, dentro de este conjunto, los mensajes de odio.
Ampliando sus restricciones en cuanto a qué grupos o espacios se pueden crear para apoyar tal o cual ideología, Facebook ha decidido que no permitirá el apoyo a los conceptos de “supremacismo blanco” y “separatismo” ya que considera que estos grupos están organizados y buscan, de alguna u otra forma, la instalación de su visión del mundo en la realidad.
Hablamos de ampliación de restricciones porque la empresa ya impedía las publicaciones discriminatorias en virtud de la raza, religión u origen étnico.
¿Cómo funcionará esta restricción? Bueno, cuando busques términos relacionados a estas ideologías no encontrarás nada o quizá te redirija a organizaciones que ayudan a personas que quieren alejarse de estos grupos o evitar su influencia en sus vidas (como Life After Hate.
El gran desafío es cómo proceder de esta manera sin afectar o cuidando la libertad de expresión. Es, claro, el gran debate en la era de la post verdad.