Ernesto Sotelo, director de Comercialización de la Deag, informó que esta semana se concretaron los primeros embarques hacia Mendoza y otras provincias del vecino país. “Ayer salió una carga y hoy se está terminando la gestión para cruzar otra mañana. Cada envío representa unos 30.000 kilos de tomate de excelente calidad, producido en las zonas de Coronel Oviedo, Tres de Febrero y Caaguazú”, detalló.
La campaña 2025 encuentra al país con disponibilidad suficiente para abastecer el mercado interno y, a la vez, exportar el excedente. Según Sotelo, el consumo nacional ronda los 6 millones de kilos mensuales, equivalentes a 200.000 kilos diarios, pero en los meses de noviembre y diciembre la producción ya supera esa cifra. “Tenemos una producción interesante en cantidad y calidad, y eso permite volver a exportar”, señaló.
El funcionario explicó que los envíos se realizan en base a la demanda argentina, que valora especialmente la calidad del tomate paraguayo, del tipo perita híbrido, con buen comportamiento en los campos locales. “El año pasado logramos buena aceptación del producto en Argentina, y este año estamos repitiendo la experiencia con mayor planificación y calidad”, afirmó.
Argentina se consolidó como el principal destino de la horticultura paraguaya. En 2024 el país vecino ya había importado tomates, cebollas, locotes y zanahorias desde Paraguay, con cargas que superaron los 15.000 kilos por envío. Sotelo indicó que la intención es mantener la continuidad y ampliar gradualmente los volúmenes de exportación.
“Si el mercado genera buena rentabilidad, hay que mejorar la planificación y tener producción suficiente para el consumo local y también para el exterior”, sostuvo. En ese sentido, destacó que el MAG impulsa un proyecto hortícola de verano, con el objetivo de producir durante los meses críticos —enero, febrero y marzo— mediante el uso de tecnología, variedades resistentes e infraestructura adaptada al clima.
Las exportaciones actuales son posibles gracias al acompañamiento del MAG a pequeños productores organizados en grupos de trabajo. La mayoría recibe asistencia técnica y apoyo en comercialización e insumos. “Nuestro trabajo es estar con ellos, ayudarles a vender a buen precio y garantizar que la producción no se pierda. La mayoría son pequeños productores de Caaguazú y Coronel Oviedo, con una fuerte dedicación a este rubro”, explicó Sotelo.
El funcionario resaltó además que los agricultores ya están aplicando tecnología de producción, con sistemas de riego, protección de cultivos y manejo técnico adecuado, lo que les permite obtener frutas de alta calidad y competitivas en el mercado regional.
El precio actual del tomate se ubica entre G. 4.000 y G. 5.000 por kilo, dependiendo de la oferta y la demanda, una cifra considerada razonable por los productores, aunque con costos de producción cada vez más altos debido a la incorporación de tecnologías. “El productor invierte mucho y espera un precio justo para seguir en el rubro”, afirmó Sotelo.
La meta del MAG es mantener una producción estable todo el año, evitando los picos de escasez que suelen afectar al consumidor local. “El desafío es equilibrar el mercado interno y aprovechar los excedentes para exportar. Hoy tenemos buena producción y buena calidad, eso significa que el campo paraguayo está respondiendo”, concluyó el director.
El éxito de la nueva temporada hortícola demuestra que la diversificación, la asistencia técnica y la organización de los productores son claves para fortalecer al sector y abrir oportunidades en el comercio regional. Paraguay vuelve a posicionarse como proveedor confiable de frutas y hortalizas frescas en el Cono Sur, con el tomate como emblema de su crecimiento.