El liderazgo de estas notas no fue casual. Más allá del atractivo de las frutas en sí, los lectores encontraron en ellas historias concretas de productores, experiencias reales y modelos productivos que se apartan de lo tradicional. Se trata de relatos que combinan innovación, adaptación al territorio y una fuerte conexión con el mercado local.
La nota más leída del año relató la experiencia de una familia productora de Pirayú, que decidió apostar por el cultivo de zarzamoras en una zona donde esta fruta no era habitual. En diálogo con el medio, los entrevistados contaron que el proyecto nació casi como una prueba familiar, pero con el paso del tiempo fue tomando forma hasta convertirse en un emprendimiento productivo sostenido. La clave, explicaron, estuvo en la adaptación de la planta al clima local y en un manejo cuidadoso, con mínima intervención química.
La zarzamora mostró un buen comportamiento en suelo paraguayo, permitiendo cosechas estacionales que abastecen tanto el consumo fresco como la elaboración de productos derivados. Desde el punto de vista nutricional, esta fruta se destaca por su alto contenido de antioxidantes, vitamina C y fibra, cualidades que la posicionan como un alimento funcional, muy valorado por consumidores interesados en una alimentación más saludable. Esa combinación entre producción natural, beneficios para la salud y cercanía con el consumidor fue uno de los factores que explicó el fuerte impacto de la nota entre los lectores de InfoAgro.
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Además, la experiencia relatada por la familia de Pirayú puso sobre la mesa otro aspecto relevante: el valor agregado. Parte de la producción se destina a mermeladas, helados y otros productos artesanales, generando ingresos adicionales y fortaleciendo el vínculo con otros emprendimientos locales. Para muchos lectores, la historia funcionó como un ejemplo concreto de cómo una fruta no tradicional puede transformarse en una oportunidad económica real.
La segunda nota más leída del año tuvo como protagonista a la pitaya o fruta del dragón, a partir del testimonio de un productor pionero de Minga Guazú. En la entrevista, el productor relató cómo decidió apostar por este cultivo exótico, inicialmente motivado por sus propiedades nutricionales y, luego, por su creciente demanda en el mercado interno. Con el tiempo, el proyecto evolucionó hacia una producción con escala comercial, incorporando distintas variedades y técnicas de manejo específicas.
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La pitaya se caracteriza por su alto contenido de antioxidantes, fibra y minerales, además de su bajo aporte calórico y su pulpa dulce. Su aspecto llamativo, su buena conservación postcosecha y su versatilidad en el consumo la convierten en una fruta atractiva para supermercados y consumidores urbanos. Estas cualidades, sumadas a la experiencia relatada por el productor, despertaron un marcado interés entre los lectores, posicionando a la pitaya como uno de los cultivos emergentes con mayor proyección en el país.
En ambos casos, los entrevistados coincidieron en que la diversificación productiva es clave para el futuro del agro paraguayo. Tanto la zarzamora como la pitaya representan alternativas viables para productores que buscan diferenciarse, reducir riesgos y atender nichos de mercado en expansión.
Que estas dos historias hayan liderado las lecturas de InfoAgro en 2025 refleja un cambio en el interés del público. Las frutas no tradicionales dejaron de ser una curiosidad para convertirse en un tema central de conversación, mostrando que el agro paraguayo también encuentra oportunidades en cultivos innovadores, con identidad local y proyección de negocio.