Según un estudio realizado en Paraguay (durante 2015) por la Cooperación Alemana, a través del Programa Regional ComVoMujer, el costo invisible generado por situaciones de violencia contra la mujer (VcM) representa un valor monetario para las empresas de USD 734.871.583 al año. Una cifra equivalente al 2.39 % del PIB de Paraguay.
Siendo los colaboradores agresores los que generan más del 50 % de los costos para las empresas, equivalente al 1.31 % del PIB.
En términos de recursos humanos, considerando el número de días de trabajo anual por persona a tiempo completo (288 días) y los días laborales perdidos (35.1 por año) a nivel país por esta situación, se estima una pérdida de la fuerza laboral de 72 337 colaboradores/as trabajando a tiempo completo con cero productividad durante todo un año.
“Los costos que asumen las empresas como resultado de la VcM, son tan altos que pueden igualar o superar los presupuestos de las tres principales instituciones públicas que previenen y tratan la VcM. Es 163 veces más que el presupuesto del Ministerio de la Mujer, 1.4 veces el presupuesto del Ministerio del Interior y casi similar al presupuesto del Ministerio de Salud Pública”, reza textualmente el informe.
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La investigación señaló también que durante el año 2015 un 30% del personal estuvo involucrado en situaciones de violencia contra la mujer, como agredida o como agresor, con un promedio de 24.6 ataques violentos anuales.
3 de cada 10 colaboradoras (29.0 %) informaron haber sido agredidas por sus parejas o ex parejas, en un promedio de 30.9 veces por año. Mientras que 3 de cada 10 colaboradores (31.3 %) reportaron haber agredido a su pareja o ex pareja en un promedio de 19.8 veces.
Un dato importante deducido de este estudio, y que coincide con muchas otras investigaciones que se realizan sobre el tema, es que existe una tendencia a subestimar o negar la situación de violencia contra la mujer, hasta que esta llega a niveles extremos.
Por extraño que parezca, el sector económico en el que se detectó un mayor porcentaje de colaboradores involucrados en violencia contra la mujer fue el de servicios financieros y personales (36,9%), aunque este porcentaje no dista mucho del de otros sectores.
Más de la mitad de las personas involucradas en situaciones de violencia contra la mujer afirmaron haberse desconcentrado en el trabajo (54.9 % agredidas y 50.3 % agresores). Asimismo, estas personas tienden a experimentar más preocupaciones personales o familiares (70.4 % vs. 38.8 %), dificultades para concentrarse (47.0 % vs. 21.4 %) y cansancio y agotamiento (70.1 % vs. 45.2 %) que los colaboradores que no están involucrados en este tipo de problemas. El estudio también descubrió que los agresores dejan de trabajar (12.9 %) o tienen accidentes o incidentes laborales (12.7 %) en mayor porcentaje que las mujeres agredidas.
Estas personas se ausentan del trabajo un promedio de 35.1 días por año. Desglosándolo quedaría así: las agredidas pierden alrededor de 35.7 días, mientras que los agresores pierden 34.8 días, y los testigos pierden 18.5 días laborales en promedio por año.