En Paraguay, la principal impulsora de esta disciplina es Dominique Fragnaud, instructora certificada y fundadora de Yoga Domi, quien hace ya una década trajo el método oficial de aeroyoga al país. Hoy, no solo lidera clases y acompañamientos personalizados, sino que también forma a la nueva generación de instructores. "Con el aeroyoga, los beneficios se sienten desde la primera clase. El alivio en la espalda, la apertura mental, la relajación, es una experiencia única y poderosa", aseguró Dominique.
El aeroyoga combina técnicas del yoga tradicional, pilates y artes aéreas, utilizando una maca suspendida como soporte principal. Este elemento no solo permite realizar posturas en el aire, sino que también invita al alumno a superar miedos, conectar con su respiración y disfrutar del movimiento en gravedad cero. "Lo primero que hacemos es acompañar al alumno a confiar, a entender que no se va a caer. La maca se convierte en una segunda piel. Una vez que vences el miedo, todo fluye", comentó Dominique.
Yoga Domi ofrece clases adaptadas a distintos niveles, desde prácticas restaurativas para adultos mayores, hasta aerofitness para quienes buscan una experiencia más intensa, combinando fuerza, tonificación y cardio. "Tenemos niveles 0, 1 y 2. El nivel más avanzado es casi acrobático, se trabaja brazos, piernas, abdomen, glúteos. Pero también hay opciones suaves, enfocadas en la relajación y la movilidad", explicó.
Y sí: es para todas las edades. Aunque actualmente no ofrecen clases para niños, el aeroyoga puede ser practicado desde adolescentes hasta adultos mayores. El único requisito es la voluntad de animarse y dejarse sostener.
Uno de los errores más frecuentes, señaló Dominique, es asistir a clase con el estómago lleno. “La práctica incluye muchas posturas invertidas, por lo que se recomienda no comer al menos dos o tres horas antes”, advirtió.
Además, recordó la importancia de acudir a centros con instructores certificados. “Estamos trabajando con cuerpos que a veces llegan con dolores o problemas de salud. La formación del instructor es clave para guiar correctamente y evitar lesiones”, dijo.
Para Dominique, el aeroyoga fue amor a primera clase. “Fue la primera modalidad de yoga que probé. Me ayudó a calmar un 85% de mi ansiedad. Aprendí a respirar, y eso me dio herramientas para manejar el estrés cotidiano. Incluso en un atasco de tráfico, ahora sé cómo volver a mi eje”, relató.
Yoga Domi ofrece clases de lunes a sábado en distintos horarios, con modalidades que incluyen aeroyoga, vinyasa y prácticas restaurativas. Las clases duran 55 minutos y pueden realizarse entre 2 y 5 veces por semana, dependiendo de la disponibilidad y objetivos del alumno.
Además, el estudio funciona como escuela oficial de formación en aeroyoga y vinyasa, con certificaciones internacionales. “La mayoría de los centros que hoy ofrecen aeroyoga en Paraguay fueron formados en Yoga Domi. Somos pioneros y seguimos creciendo”, destacó.
El aeroyoga es una invitación a reconectar con uno mismo, a soltar el control y confiar. En palabras de Dominique, “es una práctica que transforma. Te fortalece, te libera, y te devuelve al cuerpo con más conciencia y amor", concluyó.