“Las perspectivas de cantidad de visitantes y de empresas que nos van a apoyar este verano, nos hace pensar que la temporada va a explotar. Ya se está notando. Los fines de semana ya tenemos una alta afluencia de gente, que empieza a llegar desde el jueves”, afirmó Rafael Ramírez, director de cultura de la municipalidad de San Bernardino.
Tal es el optimismo de cara al verano, que las autoridades locales tienen previsto adelantar la apertura de la temporada para el 18 de diciembre, cuando lo usual es que el acto oficial de arranque se realice recién en enero. Además, la comuna local prepara espectáculos gratuitos para fortalecer la oferta de entretenimiento.
“Los puestos, tanto gastronómicos como turísticos, las ventas, los lugares nocturnos ya están habilitados. La gente ya se está instalando, ya hay ofertas, los hoteles ya están trabajando. Muchos nuevos hospedajes se están acoplando a la ciudad y nosotros, como dirección de cultura queremos trabajar muy cerca con ellos, con los hoteles y hostales para presentaciones artísticas”, agregó el funcionario.
El asesor de la municipalidad de San Bernardino, Diego Fernández, señaló que se espera la llegada de una cantidad récord de personas durante el verano. “En un fin de semana normal con las actividades previstas, creemos que vamos a recibir entre 80.000 y 100.000 visitantes. Por ahora, es imposible cubrir esa demanda, pero muchos de los que vienen a la disco o a conciertos lo hacen un sábado y se van el domingo; amanecen en la calle”, añadió.
Una veintena de nuevos sitios de hospedaje aumentarán la oferta de camas de la villa veraniega, para evitar el habitual desabastecimiento de lugares de alojamiento. Precisamente, una de ellas, La Matilde, acaba de presentar una noche internacional de pastas, con platos de Grecia, Estados Unidos, Italia y España, y con el acompañamiento de números artísticos gratuitos patrocinados por el municipio.
Además, la municipalidad de San Bernardino acaba de suscribir con la ANDE un convenio para vivir un verano sin cortes, es decir, sin interrupciones en el suministro del fluido eléctrico. “Las iluminaciones que vamos a tener desde la zona céntrica hasta el desvío de Ypacaraí-Caacupé, con iluminación LED, va a darle otro color a la entrada a la ciudad”, prometió Ramírez.
Por su parte, Fernández reveló que –considerando los promedios históricos- la comuna gasta habitualmente G. 500 millones en el operativo verano, cifra que en esta ocasión podría ser superada.
Las cuatro estaciones
La actual administración municipal apunta a un horizonte que va más allá del verano. La intención, a largo plazo, es que San Bernardino deje de ser un destino de temporada y se convierta en un lugar de residencia permanente para muchos de los que hoy solo acuden a sus casas de fin de semana; y para nuevos residentes.
Más allá de la ambición de las autoridades comunales, hoy se nota una tendencia que señala hacia una transformación. La pandemia hizo que propietarios de viviendas –pero con residencia habitual en Asunción- optaran por quedarse a vivir en San Bernardino, mientras que otros –dueños de lotes- decidieran edificar con la intención de mudarse a la ciudad.
Pero no solo hay proyectos particulares, pues empresas de bienes raíces están incrementando la oferta de emprendimientos en la zona. Según Fernández, el número de construcciones nuevas creció 20% en este año.
La ruta que une Luque y esta localidad ayudó a consolidar el boom inmobiliario de San Bernardino, pues hizo que el viaje entre el centro capitalino y la villa veraniega insumiera entre 45 y 50 minutos, fuera de las horas pico.
La apuesta también involucra a otros sectores. Por caso, firmas como Record Electric y González Giménez anunciaron, entre las más recientes, que están llevando su expansión a esa localidad. Y de dos supermercados permanentes, hoy la ciudad al borde del lago Ypacaraí posee 10.
Fernández sostuvo que para que esta tendencia se consolide, San Bernardino necesita un hospital de mayor complejidad y que brinde todos los servicios básicos. Además, la ciudadanía reclama la instalación de colegios y universidades para que los jóvenes locales no tengan que trasladarse a otra ciudad para estudiar.
Otro aspecto que preocupa es la falta de infraestructura sanitaria para absorber el crecimiento que asoma, y el ordenamiento de la erección de edificios de altura, de modo a no alterar el perfil que hoy ofrece la ciudad. Hay tarea que hacer para que la otrora capital del verano se vuelva un destino para las cuatro estaciones.