Cuando se habla de consumo masivo se contempla a las bebidas con o sin alcohol, alimentos, cosméticos y limpieza. Además, los datos son recabados en varios puntos de venta como despensas, supermercados, farmacias, bodegas y tiendas de conveniencia.
"Si bien tuvimos un 2019 complicado en términos de consumo, porque la canasta de consumo se vio resentida en el comparativo con el 2018. A inicios de este año se pensaba que esta tendencia se revertiría, pero con este tema del COVID-19 se modificó la proyección al momento de entrar en una cuarentena con limitaciones entre marzo, abril y parte de mayo", indicó.
Lo cual derivó en que la canasta, −la cual tuvo un crecimiento de 2% en enero y febrero−, presente una retracción de -1% en marzo y abril. Mientras que en mayo el índice fue de -3% y en junio, julio y agosto la baja del consumo fue de entre 4% a 5%, según Larrosa.
Durante la cuarentena estricta, el consumidor ante la incertidumbre adquirió productos esenciales en caso de un eventual desabastecimiento, entonces se dispararon las ventas de los artículos relacionados a la limpieza, tales como productos de cuidado personal y jabones antibacteriales (+60%) o desinfectantes con alcohol (+185%).
En ese mismo periodo disminuyó la demanda de los segmentos de bebidas en general, cosméticos, golosinas y tabaco, con lo cual entre el aumento en la demanda del primer sector y la caída del segundo hubo cierto equilibrio en el balance final, remarcó Larrosa.
"Como los índices de desempleo fueron subiendo, así como los contratos suspendidos de trabajo y algunos ingresos se vieron restringidos en los últimos cuatro a seis meses, entonces se ve afectado el nivel de consumo y por ende impacta en el mercado en general. Por eso en junio la canasta cae un 4,6% (en todas las categorías citadas y en todos los puntos de ventas), y solamente creció la categoría COVID-19 entre un 90% y 92% entre julio y agosto", aclaró.
Para Larrosa, incluso si se compara con los valores de agosto de 2019 con este año, se tuvo una caída de golosinas (-9%), tabaco (-8%), bebidas sin alcohol (-6%), bebidas con alcohol (-5%), lácteos (-4%), artículos de cuidado personal (-3%). “Es decir, todo esto forma parte de una economía un poco frágil todavía y con los ingresos resentidos de los ciudadanos”, afirmó.
“Si se hace un comparativo con las cifras de la fase 0 y las etapas más restrictivas de la cuarentena inteligente, lógicamente que en los próximos meses se podría tener un repunte significativo en el consumo, pero si se hace un comparativo con los balances de años anteriores probablemente se tenga un balance negativo”, advirtió.
"Es posible que entre marzo y abril de 2021 se recuperen los niveles habituales de consumo, siempre que se avance con temas como la vacunación de la población para detener el avance del COVID-19 y también se recupere ese movimiento generado por los compradores en zonas de frontera o por los visitantes en otras ciudades de nuestro país", enfatizó.
En cuanto a los precios de los productos de la canasta, las marcas apostaron a la captación de los clientes con su competitividad en precios, de acuerdo con Larrosa, quien además agregó que para diferenciarse en este contexto tan parejo, la marca debe mejorar la experiencia del consumidor, la omnicanalidad para llegar a todas partes en todos los canales y seguir mejorando sus precios, “porque hay mucha devaluación en los países vecinos y esto significa que los mismos productos están mucho más baratos con solo cruzar la frontera”, recordó.
Por último, Larrosa expresó que las mediciones se efectúan en los canales formales, pero también existen canales informales que comercializan productos de contrabando, lo que sin duda se suma a la caída del consumo y quita mercado al sector formal.