A lo largo de su carrera, ha participado en diversos proyectos de infraestructura vial, hidroeléctrica y ferroviaria, además de ocupar cargos relevantes en la administración pública y el ámbito legislativo. En su opinión, el Plan 1000, recientemente anunciado por el Gobierno, representa una oportunidad para mejorar la conectividad en 262 municipalidades a través de la pavimentación de 1.000 kilómetros de rutas estratégicas.
Además, Sarubbi Balansa es presidente de la comisión organizadora del XXIII Congreso Ibero Latinoamericano del Asfalto (CILA) 2025, un evento de gran relevancia que se llevará a cabo en Paraguay y reunirá a más de 1.000 expertos y profesionales del sector. Este congreso servirá como plataforma para discutir innovaciones y avances en infraestructura vial.
Con 50 años de experiencia en el sector, ¿cómo vio todo el avance que tuvo el país?
En el pasado, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) contaba con un presupuesto limitado para la construcción de rutas en Paraguay. Hace varios años, US$ 100 millones anuales representaban una inversión considerable. Sin embargo, con el tiempo, la inversión fue aumentando progresivamente, pero el gran boom de la construcción vial se dio en estos últimos 10 años, cuando el presupuesto vial pasó de US$ 200-300 millones por año a US$ 1.000 millones anuales, cifra que se ha mantenido hasta hoy.
La inversión en infraestructura vial sufrió una pausa debido a una deuda de US$ 300 millones en obras viales y otros US$ 300 millones en el sector farmacéutico. Esto generó una suspensión en la adjudicación de nuevas obras hasta que se saldaron las cuentas en diciembre de 2023. A partir de ese momento, se reactivaron múltiples licitaciones y actualmente están en ejecución importantes proyectos viales en todo el país.
¿Qué opina sobre el Plan 1000 para pavimentar 1.000 kilómetros?
Es un proyecto fantástico. Quiero felicitar a la ministra de Obras Públicas, al presidente de la República y al director general de Itaipú, quien destinó US$ 100 millones para financiar estas obras. Esto es lo que más se necesita, porque mucha gente no entiende la magnitud del impacto. No se trata solo de hacer una ruta asfaltada de 1.000 km, sino de un proyecto que beneficiará a las 262 municipalidades del país.
Por ejemplo, hay tramos críticos como el que va desde La Residenta hasta Luque y Tapé Tuyá, que está en pésimas condiciones, con baches y sin banquina. Ahora se va a renovar por completo, convirtiéndola en una ruta segura y fluida. Esto solucionará el problema de miles de personas que transitan entre Luque y Asunción; el tráfico es uno de los mayores desafíos de la capital.
Otro ejemplo es la ampliación de la autopista desde el aeropuerto hasta Mariano Roque Alonso, una vía que, entre las 6 y 7 de la mañana, se vuelve intransitable por la gran cantidad de vehículos. Esta ruta también será intervenida, con el objetivo de mejorar la circulación en una de las zonas de mayor congestión.
Estas son obras estratégicas, tramos de 10 a 15 kilómetros, pero que resuelven problemas de movilidad clave. Se estima que estarán terminadas en 12 a 18 meses, dependiendo del proceso de adjudicación.
¿Cómo estamos en cuanto al déficit en infraestructura vial?
En años anteriores no se invirtió lo suficiente, lo que generó un retraso tremendo en la infraestructura vial del país. Hoy en día, Paraguay necesita al menos 25.000 kilómetros de rutas asfaltadas para cubrir todos los caminos estratégicos.
Actualmente, tenemos 14.000 kilómetros de rutas asfaltadas, por lo que aún faltan 11.000 kilómetros como mínimo. Sin embargo, cada día aparecen nuevas necesidades, lo que demuestra que el desafío sigue siendo grande.
¿Cómo se puede potenciar la inversión privada en obras de infraestructura vial?
Al comienzo, cuando se construye una ruta, el tránsito es bajo: pasan 50, 100 o 200 vehículos por día. Con esa cantidad, no es viable implementar una Alianza Público-Privada (APP) ni otro tipo de inversión privada.
Pero cuando el flujo vehicular alcanza 10.000 o 15.000 vehículos diarios, ya se vuelve rentable a través de peajes. Además, con la modificación hecha a la ley este año, el Estado ahora puede financiar hasta un 30% del proyecto, lo que permite viabilizar muchas rutas que antes no podían realizarse, principalmente en zonas con baja circulación de vehículos, donde la inversión privada aún no es viable. En estos casos, el Gobierno debe seguir construyendo rutas estratégicas para impulsar el desarrollo de esas regiones.
Muchas rutas en diferentes zonas del país están siendo mejoradas, lo que trae consigo progreso y desarrollo. La participación del sector privado en la infraestructura vial permite acelerar la ejecución de proyectos estratégicos, mejorar la conectividad y dinamizar la economía en diversas regiones del país.
¿Hay suficiente capacitación y especialización en el sector?
La mano de obra paraguaya es fantástica, altamente valorada no solo en el país, sino también en el extranjero. En ciudades como Buenos Aires y en distintas regiones de Brasil, la demanda por trabajadores paraguayos es alta debido a su calidad, compromiso y excelencia en el trabajo.
Hace años, ninguna mujer trabajaba en la construcción de rutas. En ese entonces, las obras se realizaban en zonas aisladas, en el monte, y muchas mujeres no estaban dispuestas a trasladarse a campamentos. Sin embargo, con el tiempo, se implementó una campaña para fomentar la inclusión femenina en el sector. Hoy en día, muchas mujeres operan maquinaria pesada, como topadoras y motoniveladoras, desempeñando un papel fundamental en la industria.
¿Qué cambios o reformas considera necesarias para potenciar las inversiones viales?
Es fundamental impulsar más Alianzas Público-Privadas (APP) y asegurar que los peajes se reinviertan en la infraestructura vial. Lo ideal es que parte de la recaudación se destine al mantenimiento y recapado de las rutas, para que siempre estén en perfectas condiciones, y otra parte se utilice para financiar nuevas APP. De esta manera, el Gobierno no necesitaría endeudarse emitiendo más bonos, sino que las propias recaudaciones de los peajes servirían para construir más autopistas y mejorar la red vial de manera sostenible.
¿Por qué la Ley de APP aún no ha funcionado como se esperaba?
Porque era muy difícil de aplicar. Sin embargo, recientemente se aprobaron modificaciones clave que facilitarán su implementación. Con estos cambios, se espera que las APP finalmente despeguen y permitan desarrollar muchas obras a través del modelo de peaje.
Paraguay será sede del XXIII Congreso Ibero Latinoamericano del Asfalto (CILA) 2025. ¿Cuáles son las expectativas del evento?
Este congreso se llevará a cabo por segunda vez en Paraguay, luego de más de 20 años desde la primera edición en el país. Del 21 al 27 de noviembre, se recibirán a expertos, ingenieros y profesionales de todo el mundo, quienes presentarán sus investigaciones y avances en infraestructura vial. Conseguir la sede no fue fácil, ya que todos los países desean organizar este evento debido a su prestigio en el sector. Finalmente, tras una votación en el último congreso realizado en Granada, Paraguay fue elegido como anfitrión.
El congreso tendrá un impacto directo en la infraestructura del país, impulsando proyectos y mejoras significativas en la red vial.