¿Cómo empezó su carrera empresarial?
Mi primera actividad empresarial, aunque sin fines de lucro, fue con la Fundación Moisés Bertoni. Es importante aclarar que no solo son empresarios los que únicamente persiguen el lucro. Muchos tienen una visión social y su objetivo mayor no es el lucro sino la generación de riqueza. Esta es una marca que me ha seguido por los últimos 30 años y que influyó mucho en mi vida empresarial.
La fundación tiene todo lo que tiene que tener una empresa tradicional, aunque sea una empresa social. Se desempeña con un presupuesto balanceado, con análisis de riesgos, con un modelo de manejo de más de 100 personas hoy en día, hace inversiones.
En los años que estuve al frente logramos hacer joint-ventures con empresarios y creamos una empresa que se dedica a la deshidratación de sangre bovina que es desechada por los frigoríficos, y que sigue funcionando después de más de 25 años. También montamos una fábrica de almidón de mandioca.
Esa experiencia fue la que llevamos al desarrollo de Forestal Sylvis, que sí ya es una empresa comercial, de servicios ciertamente, pero que mantiene en su ADN el concepto de la triple línea de resultado. Es decir no solamente buscamos generar valor económico sino también valor social y valor ambiental.
¿Qué obstáculos encontró para desarrollarse como empresario?
Conseguir los recursos humanos para llevar adelante una empresa social o una empresa comercial es el mayor desafío y no sólo en cuanto a la habilidad técnica o al conocimiento, sino con respecto al manejo de las habilidades blandas.
Cuando creé la Fundación Moisés Bertoni se hablaba poco y se conocía menos de lo que hoy son las habilidades blandas. Y la gente que queríamos contratar debía tener la capacidad de trabajar en equipo, de ser solidario, tener honradez, ganas de aprender todos los días. Eso fue lo más difícil: formar a la gente para que pudiera llevar adelante la visión que teníamos de una sociedad más sostenible y un empresariado más responsable.
¿Cuál considera que es su mayor éxito como empresario?
La creación de la reserva de Mbaracayú, con todos sus aditamentos, fue mi mayor éxito personal, empresarial y profesional ya que logramos comprar 65.000 hectáreas de bosques y mantenerla por 35 años.
¿Qué bondades y defectos tiene el empresario paraguayo?
Entre las virtudes puedo citar a la perseverancia, la capacidad de desempeñarse en un ambiente desregulado, con mucha incertidumbre, con mucha dificultad para manejarse, sobre todo, con el Estado.
Entre los defectos del empresario paraguayo veo que tiene una mirada muy local, vive en un microclima, a veces por las circunstancias. Creo que tiene que pensar en esa conjunción de la que estaba hablando, en mirar la triple línea de resultados, darse cuenta de que no solamente hay que crear dinero sino que hay que generar riqueza, que implica mirar las dimensiones sociales, las dimensiones ambientales, además de tener un balance económico positivo.
¿Es el Estado un aliado o un problema para el empresario? ¿Qué le reclamaría?
Hay dificultades con los temas ambientales, con el catastro, a veces hay también dificultades hasta con el sistema tributario. Es un ambiente que no ayuda al empresario a desarrollar su plan de negocios. Y muchas veces conseguir el RUC puede ser un largo peregrinar y conseguir una patente comercial resulta muy engorroso.
Le pediría que elimine muchas barreras burocráticas. Por ejemplo, hay tanta documentación que presentar, con certificación de escribano. En Paraguay para vender un auto hay que pasar por una escribanía y en casi cualquier otro país del mundo un auto se vende como se vende una heladera.
El Estado puede eliminar muchas barreras para que el modelo de negocio sea más ágil, más rápido y que el empresario pueda dedicarse a lo suyo, que es generar productos, bienes que crean empleo, riqueza y no tener que estar peregrinando para hacer un curso de conocimiento sobre cómo funciona la SET.
¿Qué consejo le hubiera gustado recibir cuando estaba iniciando su carrera empresarial y se lo daría a otro empresario ahora?
Tengo un consejo que alguna vez alguien compartió conmigo y es que en el mundo hay más dinero que buenas ideas. Entonces, hay que concentrarse en generar buenas ideas y buenos mecanismos para llevar adelante esas buenas ideas. Así el factor capital va a ser mucho menos limitante. Este es el consejo que les quiero dar a los empresarios que a veces dicen que no hay capital para generar cosas. Pienso que si uno tiene una buena idea y la comunica adecuadamente, los recursos financieros aparecen.
El empresario actual ¿debe tener alguna formación profesional relacionada con el mundo de los negocios?
El empresario necesita tener una preparación académica que le permita crear un marco estratégico, pero no necesariamente tiene que tener un título en administración de negocios para generar un negocio. Creo que es más valiosa la capacidad de trabajar en grupo, abrazar la transparencia. Es más importante tener una vocación empresarial, creatividad. Yo pongo mucho énfasis en las habilidades blandas y en ubicarlas en un marco estratégico.
¿Un libro que todo CEO o gerente general debería leer al menos una vez en su vida?
Un libro que me impresionó mucho y que le serviría no sólo a un gerente sino a cualquier persona es Armas, gérmenes y acero: el destino de las sociedades humanas, de Jared Diamond, un escritor que ganó el Pulitzer. Es un libro realmente fantástico.
¿Cuál es su recomendación para mantener a su equipo motivado?
En primer lugar yo trabajo más que cualquiera de los que conforman mi equipo, y les escucho, les comparto mis problemas, no soy Superman frente a ellos sino que me muestro vulnerable como soy, les pido ayuda, les premio suficientemente, verbalmente cuando hacen cosas buenas, les genero los recursos tecnológicos, económicos para que ellos tengan éxito y constantemente estoy compartiendo con ellos, tanto logros como dificultades. La libertad que se les da para que hagan su trabajo de manera alegre, exitosa, me ha servido mucho para llevar adelante muchas de nuestras acciones y hace que la gente se sienta muy orgullosa de pertenecer al equipo.
¿Cómo lidia con el estrés que produce la actividad empresarial?
Alguien dijo alguna vez que si uno hace lo que le gusta no tiene trabajo. Creo firmemente en eso. Yo no tengo un trabajo, me divierto, tengo por momentos dificultades pero las asumo como parte del desarrollo de las cosas. Suelo pensar y decir que las plantas también tienen inviernos. Cuando tengo momentos de dificultad y complejidad digo que es invierno. En invierno las plantas no crecen hacia afuera pero fortalecen sus raíces y cuando llega la primavera pueden salir y explotar. De la misma manera encaro mi vida y digo: este momento va a pasar y dentro de poco va a llegar la primavera. Así que en este momento difícil mejor leo un buen libro, fortalezco el equipo, ahorro dinero y espero que llegue la primavera.