Masi resaltó que Paraguay, en mayor medida, posee un crecimiento económico y estabilidad que otros países de la región no tienen, lo cual se ve con la influencia de la apreciación del dólar, entonces, no considera que la reforma se tenga que basar en hechos particulares de cada sector productivo. “A mi criterio se debe recaudar más e ir ajustando el gasto a las necesidades. Ese es el problema que tiene el Estado paraguayo, que solo recauda 14% en relación al PIB y por eso no puede hacer frente a los problemas, incluyendo a la infraestructura”, agregó Masi.
La inversión en infraestructura, según Masi, es la que interesa al sector privado, pero no se pueden cubrir con el presupuesto porque el 75% se destina a gastos corrientes, de los cuales el 40% va a salarios para educación, salud y seguridad interna. “Esto es una pena, porque si tuviésemos más ingresos, 50% o más, serían destinados a gastos de capital y no estaríamos obligados a emitir bonos. Supuestamente tenemos la deuda pública más baja a nivel regional, el 20% del PIB, pero ese es un indicador mentiroso”, argumentó Masi.
Sobre la deuda pública y las inversiones de capital, Masi explicó que la relación entre recaudación y PIB es más que nada un indicador formal, porque también es necesario ver cuál es la relación entre la recaudación y los ingresos tributarios, ya que el FMI recomienda que la deuda se mantenga en proporciones menores al 130% de los ingresos tributarios.
“Paraguay tuvo un incremento en obras públicas gracias al endeudamiento, pero esto justamente beneficia a una parte del sector privado que tributa poco, si nos basamos en el principio de equidad”, añadió Masi.
Panorama según Masi
“Hay algunas modificaciones en la actual propuesta de reforma, pero el problema está en los impuestos directos, en los que hay evasión y elusión. En el IRP por ejemplo, parte del sector empresarial pretende que se les deduzca las inversiones, y no hay ningún país en Latinoamérica en donde se deduzcan las inversiones”, apuntó. Además, de acuerdo a Masi, el Ministerio de Hacienda cuando presentó esta reforma tributaria manifestó que subiría 2% de la presión tributaria, pero “con el paso del tiempo y las demandas empresariales, no se aumentará siquiera 1%”.
Por último, Masi recordó que Paraguay conforma su recaudación con 23%, mediante impuestos directos y el resto corresponde a impuestos indirectos, que recaen sobre la población con menor recurso.
Aumento vs. calidad
Para el economista de MF Economía, Fabrizio Vázquez, hay dos caminos: “Aumentar impuestos o cobrar a aquellos que no pagan. Hace falta aumentar la recaudación, pero cobrarle más a los que siempre pagan es bastante injusto. El mayor problema está en la calidad del gasto”, aseguró Vázquez.
Las recaudaciones del mercado crecieron violentamente, de acuerdo a Vázquez, y acompañaron el crecimiento económico, pero se destinan a salarios que ni siquiera mejorarán las condiciones de docentes o médicos. “Este esquema no asegura que el Estado tenga más dinero y que la eficiencia del gasto sea más alta. El aparato estatal no mejoró sus servicios, al contrario, los empeoró”, dijo Vázquez.
En cuanto a la emisión de bonos y su relación con la parte tributaria, Vázquez mencionó que no es peligroso endeudarse para invertir en infraestructura y que esta no se salda con gasto público, sino que se refinancia y se pagan los intereses para desarrollarse en infraestructura con dinero ajeno al Estado.
Panorama según Vázquez
“El gobierno inicia este proceso de reforma justo en momento de vacas flacas, mejor sería que esperen dos años para ver si mejoramos y los actores están mejor parados, teniendo en cuenta que existen sectores que bajaron entre 30% a 90%”, apuntó Vázquez. Por otro lado, se manifestó a favor de gravar más al tabaco, porque esta industria tiene, a su criterio, demasiadas libertades en comparación a otros sectores productivos.