Según el informe mensual Macro Latam de Itaú, en el segundo trimestre de este año, la actividad se expandió 6,4%, exhibiendo una aceleración respecto al primer trimestre cuando la economía creció 1,4%.
La industria manufacturera se expandió, liderada por la producción de carne, minerales no metálicos, cueros y calzado. La construcción también tuvo un desempeño favorable impulsada por inversiones públicas y privadas, mientras que la generación eléctrica alcanzó nuevos picos de producción. Incluso excluyendo la producción agropecuaria y las de energía la actividad creció a un saludable 5,5% anual.
“La economía paraguaya, apoyada en sólidos fundamentos, se ha desacoplado de las recesiones en Brasil y Argentina. De hecho, el BCP elevó su proyección de crecimiento para este año a 3,5% desde 3,0%. Nosotros mantenemos aún nuestra previsión de crecimiento de 3% para 2016, la que pasaría a 4% en 2017, acompañando nuestro escenario más benigno para sus socios comerciales”, señala el informe.
Importaciones y Exportaciones
El saldo comercial en los primeros siete meses del año alcanzó un superávit de 1.634 millones de dólares significativamente mayor que los 608 millones de dólares registrados en igual período del año anterior.
La mejora obedece básicamente a una caída de 11% anual de las importaciones, explicada sólo en parte por el menor precio de petróleo que redujo el valor de las compras de combustibles un 33% anual.
También cayeron las importaciones de bienes de consumo y de bienes de capital (tractores, perforadoras y maquinaria para la agricultura). Las exportaciones se contrajeron 1% anual durante ese período, afectado principalmente por menores re-exportaciones (-13,4%) y caída en las ventas de madera y harina de soja.
Todos los otros productos exhibieron incrementos, en particular semillas de soja (+13%) y cereales (+11%).
Calificación Estable
Standard and Poor’s confirmó la calificación crediticia BB, pero revisó la perspectiva a estable desde positiva. La agencia calificadora de riesgo argumentó que los desafíos estructurales de la economía Paraguaya seguirán limitando la implementación de una política en un contexto de contracción de socios comerciales y precios más débiles para materias primas.