Este movimiento se produce en un contexto donde las nuevas tecnologías de almacenamiento digital, como los discos duros externos y los servicios en la nube, fueron desplazando los tradicionales medios ópticos, como los Blu-Ray. Además, la expansión de plataformas de streaming impulsó aún más la caída en la demanda de estos dispositivos físicos.
La decisión de Sony también se explica por el declive continuado en el mercado de discos Blu-Ray, cuya producción cayó más de un 80% desde 2011, según datos de la Asociación de Industrias de Electrónica y Tecnología de la Información (JEITA). La empresa, en su comunicado oficial, mencionó que estos formatos ya no cuentan con un sucesor directo, lo que ha motivado el cierre de la división encargada de su fabricación.
El Blu-Ray, que en su momento representó una mejora sustancial respecto a los discos DVD, permitiendo la reproducción de contenido en alta definición, fue una opción popular para coleccionistas y usuarios que buscaban una calidad superior de imagen y sonido en sus hogares. Sin embargo, con el advenimiento de servicios como Netflix, Amazon Prime Video y otros servicios de streaming, la necesidad de estos discos comenzó a disminuir progresivamente.
A pesar de esta decisión, Sony continuará fabricando dispositivos de grabación y reproducción de Blu-Ray, aunque centrados en aplicaciones profesionales y empresariales. De hecho, la compañía planea seguir utilizando el formato para la distribución de contenidos entre empresas, por lo que no desaparecerá por completo del mercado de medios ópticos en el corto plazo.
Es probable que, por ahora, Sony siga almacenando estos medios en sus almacenes para su uso empresarial, aunque se desconoce cuánto tiempo más perdurará esta modalidad. La retirada de Sony marca el cierre de un capítulo importante en la evolución del almacenamiento físico y el entretenimiento en casa, que ha sido gradualmente sustituido por las soluciones digitales más convenientes.