Izquierdo es el principal autor de un estudio muy conocido que se titula “Mejor gasto para mejores vidas. La (in)eficiencia del gasto público. Cómo América Latina y el Caribe puede hacer más con menos”, un documento de uso frecuente en nuestro país. En una nota exclusiva para InfoNegocios Paraguay, el especialista habló del incremento de los gastos rígidos, cómo enfrentarlos y la importancia de reducir la informalidad.
¿Cómo observa lo que ocurre en Paraguay en lo que respecta al uso de los recursos públicos?
Una de las cosas con los países latinoamericanos es que cuando vienen los buenos tiempos,, como por ejemplo el boom de la soja, los países en desarrollo suben el gasto corriente por encima de la tendencia. Lo normal es que esos gastos acompañen a la tendencia de la economía pero que no la perjudiquen.
Como son gastos rígidos, luego no queda de otra que buscar recursos para poder cumplir con las obligaciones. Ahí la principal víctima es la inversión pública. Es de esa manera como terminamos desfinanciando la generación de infraestructura y de capital humano calificado.
¿Cómo se soluciona esto?
La mejor forma de hacerlo es con reglas fiscales que tengan en cuenta el ciclo. Si un país cuenta con una regla estructural, con la que el gasto solo puede subir por tendencia y no por ciclo, se evitan las subas bruscas de gastos corrientes en detrimento del gasto de capital. Pienso que Paraguay se debe una discusión sobre su regla fiscal para evitar este problema.
Países como Perú optaron por poner límites de crecimiento al gasto corriente. Si no recuerdo mal, la regla peruana indica que el gasto corriente solo puede crecer un punto menos de lo que crezca el producto, esto en promedio. Esto frena el aumento del gasto corriente y posibilita redistribuir mejor el presupuesto para no cortar inversiones en infraestructura, capital humano, salud y educación.
¿Solo debemos mirar el gasto que se destina a salarios? ¿Qué pasa con las transferencias?
Hay cierta verdad en que la masa salarial en Paraguay viene aumentando. Si miras históricamente desde los setentas en adelante, hoy se gasta mucho más que antes. Antes rondaban el 2% en relación con el PIB y ahora están por el 7%, si no recuerdo mal.
Si vamos a las transferencias el problema típico en toda América Latina es que están muy mal focalizadas. Gente que recibe los subsidios no tendrían que haber sido beneficiarios. Pasa mucho que algunos hogares reciben subsidios a la energía vía precio, sin embargo, muchas de ellas no carecen de capacidad de pago para acceder a ese servicio.
¿Hay que mirar otras aristas para hacer transferencias?
Se puede subsidiar por ingreso. Si incluimos solo a los que están por debajo de la línea de pobreza se puede generar un ahorro y ampliar los programas para gente que se merece. Algo similar pasa cuando se quiere reducir el Impuesto al Valor Agregado para los alimentos. En ese caso los beneficiarios en un 80% son no pobres. Por eso no hay que ir por el lado de los precios, sino por los ingresos.
Para eso es necesario tener los datos necesarios para identificar mejor a los virtuales beneficiarios. En Argentina existe un sistema que permite juntar la mayor cantidad de datos de un hogar para generar un perfil, y partiendo de eso se paga o no el subsidio.
Según sostienen desde el Gobierno, el próximo año podríamos aumentar la recaudación en torno a los US$ 400 millones ¿Cree que eso sea posible?
Desconozco si es que existe algún estudio. Sí sabía que unificaron Aduanas con Tributación para crear la Dirección Nacional de Impuestos Tributarios, que creo que tiene razón de ser.
Para mí el incremento de la recaudación siempre aparece cuando encontramos la forma de reducir la informalidad. Buena parte pasa por identificar la manera de hacerlo. Preferentemente pienso que subir impuestos debe ser un paso posterior a establecer una base tributaria bien consolidada.