Muñoz trabajó durante una década adquiriendo experiencia en diseño arquitectónico y en la gestión de grandes proyectos urbanísticos. Tras esta etapa profesional, decidió fundar su propia empresa, AMA, donde es el único socio y fundador, compuesta por un equipo de 30 personas, enfocadas en el diseño de proyectos de gran escala como es el caso de Distrito Perseverancia, un proyecto que combina múltiples funciones con la visión de crear una comunidad equilibrada y sustentable que responda a las necesidades tanto de residentes como de trabajadores.
En ese sentido, Muñoz compartió su visión sobre el espacio laboral, en la que subrayó la importancia de repensar cómo se organizan los entornos de trabajo. “No se trata únicamente de un cambio físico o estético, sino de un enfoque que incluya la dinámica laboral con la creación de espacios más humanos y artísticos”.
El arquitecto aprendió que el diseño de los espacios laborales debe estar profundamente conectado con el liderazgo y la gestión de los equipos humanos que los habitan. Para él, repensar el espacio laboral no implica solo mejorar la eficiencia, sino también crear un entorno donde las personas se sientan parte de un colectivo, con una visión compartida y un propósito común. Esto, a su vez, se traduce en mejores relaciones tanto internas, dentro de los estudios arquitectónicos, como externas, con los clientes y usuarios de los espacios.
“Los sueños y las ideas abstractas pueden materializarse en proyectos concretos. Un sueño arquitectónico no es algo intangible, sino una idea que ya existe en la mente de quien lo concibe y que puede hacerse realidad a través de un proceso de diseño y construcción”, resaltó Muñoz.
Para el profesional, este enfoque creativo y pragmático es clave en su metodología de trabajo, donde cada proyecto comienza como una idea conceptual y se transforma en una realidad palpable a través de un proceso riguroso y estructurado.
En el caso específico de Distrito Perseverancia, Muñoz refirió cómo este proyecto busca crear una comunidad más equilibrada, combinando diferentes tipos de espacios para ofrecer una experiencia completa a sus usuarios.
“La integración de zonas residenciales, corporativas y hoteleras responde a una visión de sostenibilidad y funcionalidad, donde las personas puedan habitar y trabajar en un mismo entorno, reduciendo la dependencia del automóvil y fomentando la proximidad y la interacción humana”, dijo.
El proyecto se concibe como un "contenedor de experiencias", donde tanto los residentes como los trabajadores y visitantes puedan disfrutar de un entorno diseñado para mejorar su calidad de vida. Muñoz destacó que este camino es clave para entender el éxito de los proyectos contemporáneos, donde la funcionalidad se combina con la creación de espacios que fomentan el bienestar y la interacción social.
A nivel macro, “Paraguay ofrece una oportunidad única para desarrollar proyectos innovadores debido a su contexto favorable. A diferencia de Europa, donde los conflictos sociales y las condiciones climáticas pueden complicar la vida diaria, Paraguay presenta un clima adecuado y una estabilidad social que facilita la implementación de proyectos urbanísticos sostenibles. El Distrito Perseverancia, podría convertirse en un modelo replicable no solo en Asunción, sino en otras regiones del país y de América Latina”, aseguró.
Como punto final Muñoz reiteró que los proyectos más exitosos son aquellos que tienen un propósito claro y un espíritu definido, donde el objetivo no es solo generar ganancias económicas, sino también dejar un legado positivo para las futuras generaciones.