El presidente de la Asociación de Almaceneros Minoristas del Paraguay (AMP), Luis Ibarra, habló con InfoNegocios sobre el cambio en el consumo dentro del rubro almacenero y cuál es el futuro de las despensas dentro de un mundo que se encuentra cada vez más digitalizado.
¿Cómo impactaron las medidas sanitarias a los almacenes?
No fue todo malo, hubo aspectos positivos porque el público en general se volcó hacia las despensas y se dio un resurgimiento. Los vecinos del barrio optaron comprar de la despensa porque consideraban que en los supermercados se encontrarían más expuestos. No obstante, la cuarentena nos sorprendió y costó implementar los protocolos sanitarios porque requería de costos adicionales.
El delivery es otro de los aspectos al cual debimos adecuarnos, la mayoría no trabaja bajo esa modalidad y durante la cuarentena más estricta ofrecimos el servicio de entrega en puerta y de pase y lleve.
¿De qué manera afectó al sector la disminución de circulación?
Existen varias despensas que son pequeñas y dependen prácticamente de la apertura de los colegios, las universidades, de las instituciones públicas y de los partidos de fútbol. Estas fueron golpeadas duramente por la falta de circulación de personas y de asistencia.
Ayer se lanzó el programa Estemos Abiertos, que consiste en una alianza entre la asociación, Coca-Cola y la Fundación Paraguaya para darle una mano a los negocios que necesitan reactivar sus actividades económicas.
¿De qué forma se hará operativa esa alianza?
Los almaceneros tienen la posibilidad de acceder a una ayuda económica de microcréditos que serán acreditados a través de la Fundación Paraguaya. El producto financiero será de US$ 600 y estimamos que llegaría a más de 600 despensas.
La ayuda económica es para que las despensas compren los equipos requeridos para mantener las medidas sanitarias, puedan comprar mercaderías o implementar el servicio de delivery comprándose una moto o una bici.
¿En qué aspectos cambió el perfil de los almacenes a consecuencia de la crisis sanitaria?
En muchos casos se dio el fenómeno de que los clientes fieles empezaron a comprarnos más y surtirse de los almacenes. Mucha gente me dijo “Don Luis, podés traerme otra marca de este producto” y por eso creo que una cantidad considerable de despensas empezaron a diversificar su oferta de marcas y artículos.
Es importante este punto, porque si bien la alianza que tenemos con Coca-Cola está pensada para las despensas más afectadas económicamente, también se incluye a las que no fueron tan golpeadas porque la demanda en los almacenes creció y para eso los despenseros y despenseras necesitan un poco más de capital operativo.
¿Los planes como el Pytyvõ ayudaron a mantener los niveles de ventas en el sector minorista?
Cuando empezaron a salir los planes fue difícil para nosotros atraer a los clientes porque teníamos que trabajar con Bancard o aceptar dinero electrónico. Con el tiempo fuimos agilizando la implementación de estas herramientas y ya fuimos agarrando parte de ese grupo de personas que fueron beneficiadas con los programas sociales.
En el primero y segundo desembolso todo fue a los supermercados, pero luego ya se distribuyó más. Parte del programa de reactivación económica que tenemos con Coca-Cola, la Fundación Paraguaya y el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) está pensado en promover el uso de ecommerce dentro del sector almacenero, la bancarización y la formalización.
¿Las despensas ya estaban en un proceso de adecuación a las herramientas digitales o todo se dio de forma abrupta?
De a poco las despensas ya iban implementando la recepción de pedidos por Whatsapp y aceptaban formas de pago no tradicionales. La pandemia aceleró el proceso y ahora con ayuda del sector privado y el Estado iremos consolidando la transformación digital.