“Desde el gremio estamos muy contentos con lo que se consiguió en el plan de infraestructura de este Gobierno, que tuvo una estrategia de crecimiento económico del país en base a la inversión en infraestructura y a la generación de la mano de obra de la construcción”, remarcó.
Por otro lado, observó un mejor desarrollo económico como efecto de las obras en distintas partes del país, cuyas localidades salieron del aislamiento.
“Hoy tenemos 10.000 km de ruta que generan una red pavimentada importante para tratar de tener cada vez más accesibilidad, que nos ayuda muchísimo en los costos logísticos de los productos”, contó.
Sarubbi expuso que gran parte del costo de la materia prima depende del movimiento logístico, es decir, el costo del transporte de mercaderías, por lo que cuanto más se invierte en infraestructura vial, más bajan los costos.
“Anteriormente por la Ruta 2 y 7 se tardaba entre seis y siete horas llegar desde Asunción hasta Ciudad del Este. Ahora, con la duplicación desde Caaguazú hasta CDE, y en una segunda etapa las rutas del este de Ypacaraí a Caaguazú, se tardan tres horas y media a casi cuatro en llegar a CDE, eso te genera un enorme ahorro de tiempo”, aseveró.
Lo cual se traslada también en ahorro de combustible y en el mantenimiento de los vehículos, según Sarubbi. “El dinero invertido se recupera con los ahorros en costos logísticos”, puntualizó.
Por otra parte, dijo que la obra que va de Villeta a Pilar también genera un gran ahorro, cuando antes se daba una vuelta enorme por la Ruta 1, desde San Ignacio.
“Ahora ahorrás por lo menos una hora y media yendo por Villeta hasta Alberdi, y de ahí por Villa Franca y después llegás a Pilar. Entonces llegás en tres horas”, expresó. Vale recordar, que por la Ruta 1 y la Ruta 4 a San Ignacio, se tarda hasta siete horas en llegar a Pilar.
Igualmente, Sarubbi manifestó que desde Acceso Sur también se visualizan avances y con la nueva licitación de la Ruta 1 -a través de la Alianza Público-Privada- se podrán ver cambios desde 4 Mojones hasta Quiindy.
“Estos proyectos fueron aprobados durante el gobierno anterior, por eso hablamos de procesos largos de por lo menos 10 a 11 años, cuando también empezó a aumentar el ritmo de construcción”, comentó.
En cuanto a la necesidad de inversión en infraestructura, siempre sale la cifra de US$ 1.000 millones por año, sin embargo Sarubbi consideró que la cifra debería elevarse. “A este ritmo de solo US$ 1.000 necesitamos 30 años”, resaltó. A esto se suman los costos de mantenimiento y nuevas necesidades.