“Siempre digo que el arte me buscó a mí, no yo al arte”, confesó. La chispa se encendió casi por casualidad, en Punta del Este, cuando organizó su primera muestra bajo el nombre Arte sin Fronteras, “Mi exmarido tenía una, un modelo de jardín, que era de una empresa alemana, y se acercaron artistas y me dijeron vamos a organizar algo acá y le había puesto "arte sin fronteras", después me buscaron argentinos, uruguayos, paraguayos, fue así como realice mi primera muestra de la nada. Y uno de los artistas con el que continúo trabajando hace más de 18 años es Mauro Arbiza (uruguayo) que hoy día se unió a trabajar con el artista y coleccionista paraguayo, Roque Ardissone”, relató.
Instalada en Buenos Aires desde hace años, Russo puso siempre el foco en la integración cultural del Mercosur. “El arte es un lenguaje universal que representa la realidad de cada región”, aseguró. Ese enfoque cobra especial relevancia en la triple frontera —Ciudad del Este, Foz de Iguazú y Puerto Iguazú—, un territorio que concentra diversidad cultural, movimiento económico y ahora, un nuevo atractivo: el próximo desembarco del Museo Pompidou de París en Foz de Iguazú, cuya arquitectura estará a cargo del paraguayo Solano Benítez.
Para Russo, este hecho será un verdadero boom artístico: “Es una oportunidad única para movilizar el arte en la región y demostrar el talento que tenemos en Paraguay y en el Cono Sur”, dijo.
Aunque reconoce que Brasil y Argentina lideran el mercado del arte en la región, Russo destacó la apertura creciente de Paraguay en los últimos años. “Hace dos décadas era impensable, pero hoy veo un país más receptivo, con un público que empieza a interesarse y a participar de conversatorios, charlas y muestras”, señaló.
En este sentido, su labor se concentra en generar espacios de formación y diálogo. Recientemente organizó un conversatorio en Ciudad del Este sobre arte y comercio, donde empresarios que inicialmente se mostraban escépticos terminaron descubriendo un universo nuevo. “Algunos me decían que no iban a asistir porque no entendían nada de arte, y al final salieron fascinados. Eso demuestra que el arte también puede educar, emocionar y sorprender”, comentó.
Russo insiste en que su mayor interés está en acompañar a los artistas emergentes. Lejos de las lógicas que valoran a los creadores solo después de su muerte, como ocurrió con Van Gogh o más cerca con el paraguayo Feliciano Centurión, apuesta por darles protagonismo desde sus primeras etapas. “Me motiva posicionar a artistas jóvenes de Paraguay, Uruguay, Argentina o Brasil y abrirles puertas en el circuito internacional”, subrayó.
Actualmente, Russo prepara una exhibición de pintura y escultura en noviembre en Ciudad del Este, donde planea reunir a artistas locales y, si es posible, invitados de otros países. “La región tiene grandes escultores y quiero que sus obras tengan visibilidad. La idea es que esta muestra sea un punto de partida para algo más grande”, adelantó.
Además, mantiene conversaciones para expandir sus actividades hacia Encarnación y otras ciudades del sur del Paraguay, con la intención de consolidar un corredor cultural regional.