El estudio analiza los movimientos de las principales categorías de consumo tales como bebidas, empaquetados, cuidado personal, cuidado del hogar, golosinas, lácteos y cigarrillos.
"Las caídas se arrastran desde el 2019, cuando tuvimos un pico de -8% en el consumo de la canasta básica. Pero todo afirmaba que el 2020 sería el año de recuperación, cuando crecimos +2% hasta que llegó la pandemia y todos nos volvimos más conservadores en torno a los gastos”, relató.
Desde ese momento, según Larroza, ya no recuperamos los índices de venta, al punto de que en los primeros meses de 2021 hubo una caída del 18% en las ventas en canales modernos (e-commerce) y 6% en los canales tradicionales (tiendas físicas).
Casi todas las categorías tuvieron un decrecimiento en sus balances, porque la relacionada a productos de limpieza y desinfección mantuvo su tendencia en alza, con hasta 58% más de ventas.
Larroza consideró que este panorama es preocupante para las empresas que además de la retracción financiera, deben competir con los productos de contrabando, que acaparan hasta el 50% de las ventas en ciertos sectores.
Otro factor crucial en la caída es la tasa general de desempleo, que cerró en 14,9% en el 2020, y en este informe no se cuenta todas las personas que operan en el rubro informal, sin contratos y con menos del salario mínimo.
"Desde esta óptica no es tan conveniente nuevas restricciones, porque se continuará frenando el consumo y limitando los ingresos de la población, en casi todos los ámbitos. Acá todos los rubros se conectan en menor o mayor medida, entonces debemos entender que somos un país donde hay muchos jornaleros, y no podemos cortarles sus ingresos sin tener consecuencias directas”, advirtió.
Por último, Larrosa anunció un panorama más alentador para el segundo semestre, pasada la temporada de invierno, siempre que se inicie un plan de vacunación masiva.