La elección del rubro obedeció a la escasez de heladerías que había en la ciudad. “Ofrecemos diversos postres helados, servidos de manera divertida y diversa para atraer a nuestros clientes. En todo momento tratamos de innovar para así mantener la clientela y conseguir nuevos clientes. Los más solicitados en esta temporada son los helados por kilogramo”, indicó la propietaria, Myriam Mabel Ríos de Giménez.
La empresaria comentó que el 2022 ha sido un año particularmente duro para el negocio, ya que sufrieron un accidente devastador causado por un cortocircuito, donde a causa del incendio perdieron prácticamente el 85% del patrimonio.
“Pero nos vemos esperanzados, ya que pudimos levantarnos de tan duro golpe y en el 2023 empezaremos con nuestro nuevo y propio local, que habilitamos hace poco más de un mes, y desde el día de la inauguración nuestra venta ha crecido el 200% después de haber tenido solamente el servicio de delivery por más de 120 días”, expresó.
La firma emplea a cinco personas y proyecta expandir el negocio con nuevos locales empezando por el departamento y luego por el resto del país. En este contexto, contó que ya llegaron a la primera meta: el de producir sus propios conos de galletitas, lo que también desean industrializar y poder cumplir con todos los pedidos al por mayor en el 2023.
“El principal desafío empezó el día uno, ya que no teníamos experiencia en emprendimientos. Día tras día fuimos aprendiendo a través de tropezones y caídas, gracias a los cuales hoy nos vemos establecidos en el mercado local como una referencia en la ciudad, incluso para los turistas”, manifestó.
Agregó que tal desafío, de crecer y ser mejores cada día para mantener la calidad de los productos y mejorar la atención a los clientes, permanece hasta el día de hoy.
Asimismo, mencionó que la satisfacción, aparte de alcanzar una estabilidad económica, es también la alegría que esta labor brinda al corazón, al compartir con la clientela. Estos lazos se fueron formando con el tiempo.
“Más que clientes podemos llamarlos amigos, cada sonrisa de un niño al entregarle un helado, es un mimo a nuestros corazones y una de las mayores razones por las que seguimos brindando este servicio”, concluyó.