Plagas como las cucarachas, roedores, moscas, palomas, pulgas, chinches, entre otras, son vectores de patógenos que pueden contaminar alimentos y dar lugar a brotes de enfermedades de transmisión alimentaria, así como a los seres humanos a través de sus picaduras.
“Las termitas pueden comprometer seriamente a las estructuras de madera. El solo observar un insecto o rata en el negocio puede tener un efecto perjudicial para su reputación”, afirmó Sergio Murto, presidente de la Cámara Paraguaya de Controladores de Plagas (CPCP).
Estas invasiones se deben a que las plagas son sinantrópicas, poseen la capacidad de habitar y beneficiarse de ecosistemas urbanos o antropizados. Las industrias, comercios y hasta las residencias proporcionan condiciones a las mismas para prosperar ofreciéndoles comida, agua, refugio y temperatura.
Murto señaló que es muy conveniente hacerse asesorar por una empresa de control de plagas, para que sus técnicos realicen un diagnóstico de la estructura de acuerdo al tipo de negocios que manejan y así proporcionar un plan de control en base a un manejo integrado de plagas.
“Con ese plan se busca armonizar la eficiencia en el control mediante el uso de herramientas culturales, de infraestructura, biológicas y químicas, a través de las cuales se espera como resultado la disminución de la población de plagas y el control de las mismas en el tiempo, con el objetivo de que el impacto sea efectivo, sin perjudicar al medioambiente y a las personas”, refirió el experto.
Es fundamental que las empresas que decidan contratar los servicios de control de plagas lo hagan consultando a varias firmas que deberán contar con las documentaciones de habilitación expedidas por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social a través de la Dirección de Saneamiento Ambiental (Digesa).
Las que más demandan el servicio son las industrias frigoríficas, principalmente las que exportan carne, que deben tener un plan de control de plagas porque son auditados por el comprador. Las lecherías, frigoríficos de pollo y las industrias de alimentos en general son también grandes demandantes, pues por norma deben hacer control de plagas.
Verano traidor
La temporada en la que los controladores de plaga son más requeridos es la estival, desde octubre hasta abril porque a las empresas que reclaman un constante, periódico, mensual, se les suman como pedidos casuales las residencias.
En la época citada hay un aumento de la demanda de alrededor del 30% para las firmas que se dedican a residencias particulares, comercios, supermercados, hospitales y sanatorios. Las empresas controladoras que ya poseen un negocio y una estructura bien montados mantienen su nivel de requerimiento pues ya poseen una cartera de clientes mensuales.
“Es de suma importancia que las empresas se asesoren con compañías de control de plagas asociadas a la cámara, ya que estas se encuentran preparadas para logar un plan de control de plagas proporcionando soluciones de última generación, amigables con el medioambiente y seguras para las personas y productos”, concluyó Murto.