¿Qué alternativas tenemos para salvar el Chaco?
Hay tantas cosas que podríamos hacer en Paraguay. Por ejemplo, nosotros estamos trabajando con productores en la zona del Chaco seco, varios de ellos están dejando ya más del 50% de su reserva forestal. Esto debe estar acompañado por incentivos, Paraguay tiene vigente el Decreto N° 9.425 que reglamenta la Ley N° 536/95 del Fomento a la Forestación y Reforestación, que establece que el Estado debe pagar a los tenedores de bosques por protegerlos y por dar servicios ambientales.
Un gobierno con voluntad política haría cumplir este decreto, de esa manera los tenedores preferirán mantener sus bosques y no deforestarlos. Es necesario que Hacienda y el Ministerio del Ambiente se pongan de acuerdo y empiecen a pagar a la gente que presenta sus pedidos de incentivos. Lo bueno sería hacer algo como hizo Costa Rica, donde cada año los tenedores reciben los pagos por los servicios que proveen a la comunidad.
Según el Artículo N° 12 De los Incentivos a la Actividad Forestal, el Estado debe bonificar una sola vez por cada superficie forestada o reforestada el 75% de los costos directos de la implantación. La bonificación será otorgada a las personas físicas o jurídicas de cualquier naturaleza que hayan cumplido con todos los requisitos de la Ley N º 536/95 y su reglamentación. De igual manera, el decreto establece que durante los tres primeros años los productores deben recibir un bono por el 75% de sus costos directos si realizan limpieza de plantaciones, poda de formación, control de plagas y enfermedades forestales.
¿Cómo adecuar la producción ganadera a un sistema productivo menos dañino para el chaco?
En la zona del Chaco la deforestación se da para la explotación ganadera. Hay sistemas con buenísima tecnología para optimizar los pastizales y deforestar menos bosques, es un sistema conocido como silvopastoril –que busca fortalecer la ganadería combinando el cuidado de los árboles y pasturas–, muchos productores ya se dieron cuenta de que es muy importante para el ganado tener árboles porque de esa manera se pueden protegerse del frío, del calor y también ayuda a regular el régimen de las lluvias.
¿Nuestra legislación permite la deforestación?
Tenemos una Ley Forestal, la N° 422, que es una ley muy antigua y fue copiada básicamente de la legislación brasileña anterior a los años 50. Para todo el Paraguay rige de la misma forma, exceptuando para la Región Oriental que tiene la Ley N° 2.524/04 de Deforestación Cero.
En el Chaco todavía está permitido la deforestación legal, o la habilitación del cambio de uso de suelo, como le llaman los productores. Según la ley, cada dueño de tierra tiene que dejar una reserva forestal de 25% cada 20 hectáreas, además de eso, si tiene río, arroyo o cauces antiguos tiene que dejar una reserva correspondiente a los bosques ribereños.
Muchos terrenos se están deforestando de forma legal, el 76% de la deforestación que se hizo en este último año es legal, si tomamos datos del Instituto Forestal Nacional (Infona) y en el 24% restante hay un vacío de información en el que se está haciendo un trabajo para verificar cuáles de estas tierras están siendo deforestados legal o ilegalmente.
¿Qué daños directos nos deja la deforestación?
La deforestación, especialmente en la zona del Chaco, es uno de los causantes del calentamiento global, pero también daña el microclima. Si se deforestara todo el Chaco seco cambiará el régimen de las lluvias, aumentaría muchísimo el carbono en la atmósfera, se va a destruir el agua, que es importante para la producción.
Mucha gente del Chaco central, especialmente en la zona de Neuland, ya está confinando sus bosques, es decir, están dejando que se regeneren naturalmente y que las especies y el pasto crezca, sin intervención, para que en 10 años más o menos puedan tener un bosque donde puedan utilizar mucho mejor las especies forrajeras (susceptibles a ser alimentos de ganado).
Datos
Según cifras del Ministerio del Ambiente, en los últimos cuatro años 1.057.888 hectáreas fueron deforestadas en el Chaco paraguayo, siendo Boquerón el departamento más perjudicado con 64,69% del índice de deforestación total en la Región Occidental.