"Un dato vital para entender este punto es aclarar que la cotización del dólar guarda estrecha relación con la política económica aplicada por Estados Unidos, más específicamente con la tasa que le aplican a su moneda. Los capitales actualmente se sienten atraídos por el mercado norteamericano, a pesar del contexto ocasionado por el COVID-19, y depositan sus inversiones en esta moneda, lo que ayuda a fortalecer esa tendencia", indicó.
En el punto de vista interno si existe un exceso de dólares, la tendencia de la cotización es a la baja, según Chamorro, y cuando la cantidad de dólares circulante es inferior al promedio manejado, la cotización sube. “Aunque estos cambios no son abruptos gracias a la intermediación eficiente del Banco Central del Paraguay (BCP)”, aseguró.
Según el economista, a la fecha hemos superado la barrera de los G. 6.500 por dólar, por la lentitud en la venta de los commodities, a causa de los problemas logísticos en el sector fluvial o los excesivos controles en las fronteras, y también por la merma en las exportaciones de productos, alimentos u otros ítems en general.
"Estamos acostumbrados a que el tipo de cambio sea predecible, incluso dentro de esta situación de incertidumbre. En un corto tiempo, el real se depreció un 40% y el peso argentino cayó 15%, con relación al valor de la moneda norteamericana. Entonces, la estabilidad económica que venimos manteniendo hace varios años, nos permite trabajar con más certeza", afirmó.
Otros factores que inciden en la mayor circulación del dólar son: las inversiones extranjeras directas y el envío de remesas. En el actual contexto, ambos segmentos manejarán números a la baja, pero “eso no significa que se tendrá un movimiento nulo y si las cosas mejoran, incluso se registre un repunte en el segundo semestre”, sostuvo.
"Que a nosotros nos vaya bien, depende de cómo les va a nuestros aliados comerciales y cómo superen este desafío del COVID-19. A partir de eso, se podrá requerir una intermediación más leve o intensa del BCP, para mantener una dinámica estable, conforme a los movimientos comerciales y a la dinámica de las políticas económicas de Estados Unidos, que avizora un gran movimiento por el factor de las elecciones y con ello, una cierta reactivación del consumo", señaló.
Si bien el promedio estaría por los G.6.500, en caso de una suba imposible de frenar, se alcanzaría a un máximo de G. 6.700, remarcó Chamorro.
Para finalizar, el economista recordó que al no tener un elevado nivel de deuda pública (en dólares), esto reduce el impacto en la estabilidad de la economía.