“Esos factores fueron esenciales para que estemos manejando los valores con los que cerraremos este 2019, que dejaremos de transportar unos 2 millones de toneladas”, afirmó.
Haciendo un cálculo estimativo sobre lo que se deja de percibir con esta merma, el vicepresidente indicó que la cifra ronda los US$ 20 millones.
“También hay una considerable baja en el movimiento de los volúmenes de contenedores, sobre todo los utilizados para la importación. Hablamos de una merma del 20%, y también registramos una merma del 10% a 12% en contenedores refrigerados para los envíos de carne”, subrayó.
Proyecciones
“El primer dato importante es que está lloviendo, que ayudará a consolidar la proyección de los 10 millones de toneladas de soja paraguaya para el 2020. Después, a través de la hidrovía, se transportarían mineral de hierro brasileño, con un volumen de 8 a 9 millones de toneladas, la soja brasileña que sale de Mato Grosso, con un volumen de 2 millones toneladas, y los contenedores de exportaciones e importaciones tendrán un repunte en su circulación. Por todo esto, tenemos buenas expectativas para el 2020”, adelantó el vicepresidente.
Dificultades
Otro problema serio es el descenso del río Paraná y Paraguay, que afecta a la exportación de la soja y sus derivados, también repercute en la salida de mineral de hierro brasileño, que es transportado en su totalidad con embarcaciones paraguayas, apuntó Muñoz.
“Las lluvias en los últimos años han sido bastante irregulares, sobre todo en la cuenca alta de ambos ríos, y esto hace que las condiciones de bajante se mantengan. Esto indefectiblemente repercute en la circulación de los envíos de las distintas zonas productivas, sin distinción de rubros”, aseguró.
Para que las embarcaciones circulen a pleno rendimiento, se necesita una profundidad de calado de 10 pies. En el sur del río Paraguay se tiene unos 10 pies y en el norte, unos 8 pies, mientras que el río Paraná posee unos 7 pies de calado, detalló el entrevistado.
“Esto significa que la movilización por vía fluvial se hace difícil, y tiene una repercusión económica porque en ocasiones no tiene sentido enviar cargas con 30% o 35% menos de capacidad real”, lamentó.
Sobre la opción de que las represas Yacyretá e Itaipú liberen agua para mantener los volúmenes ideales de los ríos, el directivo resaltó que “es una alternativa compleja, ya que estas binacionales también funcionan con sus reservas estratégicas, y en ocasiones no cuentan con excedentes como para realizar frecuentemente este proceso”, advirtió.
Gremio
El CAFYM tiene unas 39 empresas asociadas, con 5.000 embarcaciones registradas (entre barcazas, remolcadores, buques motores), que emplean a 7.000 personas de forma directa y a otras 20.000 de forma indirecta.