María Auxiliadora Báez, o Auxi Báez, como se la conoce, culminó la carrera de tecnicatura superior en diseño de moda y además es bailarina y estudiante de actuación. Cuando se declaró la pandemia, con las actividades artísticas suspendidas y la falta de oportunidad laboral, se puso a elaborar tapabocas en mayo de 2020. Le fue bien y ya estuvo lista para dar el siguiente salto.
“Fueron tres meses en los que confeccioné a full solamente tapabocas, en lino, tres capas, una como un bolsillo para que la persona pueda introducir un filtro y así tener mayor protección; los otros tapabocas eran doble faz. Como fue bastante buena la repercusión, me dio como para poder ahorrar y en agosto de 2020 pude sacar la primera línea de básicas ecológicas de Mirzê”, relató Auxi.
El producto se posicionó, le gustó a la gente y se vende bien. El tejido está compuesto por un 86% de poliéster reciclado de botellas de plástico y un 14% de algodón sustentable, certificado por la Better Cotton Initiative (BCI), organización sin fines de lucro, encargada de certificar los productos de algodón.
Lento pero seguro
La confección de prendas sigue el concepto de la marca, que es el slow fashion, que se rige bajo los principios de una producción lenta, más amigable con el medioambiente, cuidando todos los detalles, desde de dónde se trae el tejido hasta quién va a confeccionar la ropa, cómo va a recibir el cliente; los artículos son personalizados, se hacen bajo pedido y los procesos son mucho más cuidadosos que en el resto de las confecciones.
“Realicé casuales −ropa informal− por todo diciembre y enero pero como perdí un poco el rumbo al hacer nomás prendas, me fui replanteando algunas cosas y así nació la colección Metamorfosis, que se extenderá todo el año. Generalmente las casas de modas hacen entre seis y ocho colecciones como mínimo al año, pero eso también incentiva mucho a consumir, algo que está en contra de la filosofía de la marca”, explicó.
La colección Metamorfosis está constituida por prendas multifuncionales; cada una tiene hasta seis formas de uso y se adaptan al cuerpo de tal manera que quedan bien cualquiera sea la forma en que se viste. “Mirzê apunta a un consumo más responsable y lo incentiva. Las prendas llevan una etiqueta plantable para que el comprador tenga la oportunidad de empezar una huerta urbana, porque el objetivo principal de la marca es que todo lo que hagamos sea en armonía con el medioambiente”, agregó.
Para la línea de básicas Auxi utiliza un tejido que tiene 86% poliéster reciclado y 14% algodón sustentable; otra línea usa 50% de algodón sustentable y 50% de poliéster; para la línea multifuncionales la materia prima es el lino o lino con viscosa, un tejido que se obtiene de la celulosa y por lo general de árboles reforestados.
La emprendedora cuenta con dos máquinas para elaborar las ropas, que opera en el taller de su casa. Tiene la ayuda de una amiga para la tarea de comunicación y recurre a dos talleres externos cuando el pedido es superior a su capacidad de producción.
“Tenemos un reducido stock de 10 prendas en una tienda y queremos ampliar eso, pero siempre pensando en no más de 20 o 25 prendas en stock. El resto es sobre pedido para seguir con esa filosofía que la gente tanto admira. Siempre me dicen ‘se nota cuando hacés algo con el corazón porque se ve esa esencia, sabés transmitir esa filosofía’ y no quiero perder eso”, resaltó.