Es una empresa unipersonal familiar que se desarrolla en tierras de la Estancia Pa’i Kuara, con producción propia y 100% natural. Los productos provienen de colmenas de una vegetación silvestre.
“La empresa Arapoty Apicultura, crianza de abejas, empezó en mayo del año 2005. Surgió de mi decisión de trabajar junto con mi marido en la estancia Pa’i Kuara. La principal unidad de negocios es la venta de miel fraccionada, miel compuesta, propóleos, cera y material vivo”, expresó Gaudencia Anaya Secco, propietaria.
De la línea compuesta se destaca la mezcla de miel y canela, miel y propóleo, miel y jengibre, miel y eucalipto.
La empresaria agregó que como proyecto para 2022 sigue los planes trazados hace tres años: mantener el nivel de ventas e implementar las ventas del extracto de propóleo.
“Nos especializamos cada vez más en producir miel de excelente calidad, desde la producción en los apiarios, hasta llegar a la mesa del consumidor”, expuso.
Con el objetivo de brindar la mejor calidad se dedican, además, a entrenar al personal acerca de los manejos ideales para no comprometer la limpieza y la calidad de la miel. En Arapoty trabajan seis personas.
“Nuestro laboratorio está preparado para que las personas no pongan las manos en la miel al extraerla de los panales. La miel sigue sin el contacto manual. Evitamos todas las posibilidades de contaminar el producto, sea la miel, el propóleo, las mieles compuestas, sachets, etc.”, dijo.
Desafíos para el sector
Al referirse a los desafíos de este rubro, la emprendedora manifestó que son muchos. Entre ellos la dificultad para la comercialización, puesto que las personas no leen, no pesquisan, no se informan sobre la miel. Por tanto, rechazan las mieles cristalizadas.
En este sentido, Anaya subrayó que la miel se define como “una solución saturada de azúcares”. Luego, las mieles que se cristalizan son puras, naturales, sin ningún tipo de alteración.
“Algunas personas prefieren mieles que no se cristalizan, pero la mayoría de las mieles se cristalizan, unas más, otras menos. Las mieles más claras se cristalizan más rápidamente, las mieles más oscuras suelen demorar más para cristalizar”, aclaró.
En otro orden, comentó que existe una falta de interés por parte del Gobierno hacia la apicultura para estimular a los apicultores a invertir en sus apiarios, laboratorios, en todo lo que sea necesario para mantener la buena producción.
También reflexionó que otro factor desestimulante para la producción genuina es la falta de un órgano regulador u organizador que evite la venta sin certificaciones. Anaya consideró que se debe “evitar que personas que no producen miel la vendan sin ningún tipo de compromiso con la calidad, totalmente informales, compitiendo con los productores formales de apicultura”, señaló.
Anaya indicó que los apicultores formales cumplen con los parámetros establecidos por organismos estatales, pagan las tasas exigidas por el Senacsa, INAN y la Municipalidad (patente).