"La Convención Marco Cambio Climático de 1992 creó el Fondo Mundial para el Medioambiente. Paraguay viene recibiendo ese financiamiento, aunque muchas veces no accede por su debilidad para presentar proyectos en fecha y forma", reflexionó Rodas. Asimismo, señaló que con el Acuerdo de París los países grandes tenían que aportar US$ 100.000 millones anuales, pero EE.UU., principalmente, se retrasó por razones políticas.
Actualmente existen 23 países que son responsables de proporcionar financiamiento para frenar al cambio climático, sin embargo, solo Alemania, Noruega y Suecia pagaron todo lo que les corresponde aportar. En 2019 el financiamiento climático fue de US$ 79.600 millones.
Además, Rodas aclaró que aparte del Fondo Mundial para el Medioambiente existe el Fondo Verde del Clima, creado en 2010 en Cancún. En el caso paraguayo, este año recién se ejecutarán proyectos, específicamente uno de reforestación y lucha contra la pobreza, de US$ 25 millones, que ya se había aprobado en el 2018.
Aparte, complementó que Paraguay también recibirá un pago por resultados de reducción de la deforestación, de US$ 50 millones, otorgado por el Fondo Verde. A su vez, por la promoción del sector privado en eficiencia energética, hay un préstamo aprobado de US$ 29 millones y US$ 3 millones de donación.
La paradoja de los recursos
"Si bien hoy US$ 76.900 millones no se están destinando a la lucha contra el cambio climático, el Fondo Verde del Clima reconoce que hay una paradoja. No es que no hay suficiente dinero en el sistema financiero mundial, sino que existen barreras que impiden que los recursos lleguen", destacó Rodas. Entretanto, reveló que si se da mayor cooperación con el sector privado se podría obtener aproximadamente US$ 26 billones en nuevo financiamiento climático.
Finalmente, puntualizó que en la actualidad el cambio climático está generando daños en recursos con los que cuenta Paraguay, como la bajante de los ríos, el aumento de los costos logísticos, la disminución de la producción de energía hidroeléctrica y la disminución en la producción agrícola.