La actividad realizada en el Sheraton Asunción Hotel tenía como finalidad crear espacios de discusión sobre los desafíos, riesgos y oportunidades que se plantean en la regulación financiera actual, marcada por un gran avance de la tecnología financiera.
Del acto de apertura participaron el presidente del Banco Central del Paraguay, Carlos Fernández Valdovinos y los miembros del directorio: Carlos Carvallo, Diego Duarte y José Cantero.
El titular del BCP resaltó el optimismo que se observa en la economía global, con la recuperación de grandes referentes. Además, instó a aprender de las lecciones otorgadas por la crisis financiera de 2008, de la cual surgieron las reformas de Basilea 3, elevando la vara en materia de regulación financiera.
“Basilea 3 será importante para nuestras entidades financieras y para nuestros países, porque servirá de plataforma para seguir mejorando la gestión de riesgo, la divulgación de información y las prácticas supervisoras en América Latina. En segundo lugar, los nuevos requerimientos de capital y las nuevas normas de liquidez ayudarán a aumentar la capacidad de reacción de nuestros sistemas financieros, entre otros puntos importantes”, explicó el titular.
A su vez, consideró fundamental el debate sobre el desarrollo tecnológico: “Las fintech traen nuevos modelos, jugadores y canales que vuelven mucho menos efectiva la regulación financiera tradicional. En la actualidad, nadie sabe exactamente cuáles son las mejores prácticas para este segmento, de manera que necesariamente el diseño de las nuevas regulaciones será un proceso experimental y dinámico. En particular, se destaca la importancia del diálogo entre los diferentes actores y el análisis de las lecciones aprendidas en otros países, a efectos de preparar una regulación adecuada”, aseveró.
Por último, sobre este punto destacó que las fintech; “representan una tendencia global catalizadora de progreso tecnológico, desarrollo financiero y económico. Su carácter global dificulta su reversión; es una fuerza que llega a Latinoamérica para quedarse y crecer. Pero como toda innovación tecnológica, crea ganadores y perdedores, generando en el camino descontentos por parte de agentes que integran el estatus quo y son adversos al cambio. El principal desafío para los reguladores será encontrar un balance, de manera a aprovechar los beneficios de esta tecnología financiera, minimizando sus riesgos y evitando asfixiar la innovación”.