El interés por el mercado inmobiliario de Chaco’i creció de manera sostenida en los últimos años. Según Villalba, la migración hacia la zona no se explica solo por una cuestión de precios, sino por la búsqueda de calidad de vida. “El aire limpio, la menor densidad y los accesos más ágiles están generando un nuevo estilo de vida”, señaló. Este cambio de paradigma convirtió a Chaco’i en una alternativa concreta para quienes desean combinar cercanía con Asunción y entornos más tranquilos.
Las propiedades más demandadas son las residenciales, con especial énfasis en los barrios cerrados que ofrecen planificación integral y seguridad. “El comprador actual no busca solamente un terreno. Exige infraestructura, calidad ambiental y previsión”, destacó Villalba. La tendencia muestra que la mayoría de los adquirentes son usuarios finales, interesados en establecer su hogar, y no especuladores que apuestan a la reventa.
En cuanto a la valorización del suelo, la asesora explicó que el crecimiento de los precios fue uno de los más acelerados del país. “Hace 15 o 20 años una hectárea costaba US$ 20.000; hoy el metro cuadrado ya supera los US$ 100 e incluso los US$ 150, y en los desarrollos premium puede alcanzar los US$ 350”, indicó. En ese contexto, los proyectos bien planificados generan expectativas de plusvalía que oscilan entre el 20% y el 50% en un período de tres a cinco años, con posibilidades de crecimiento aún mayores conforme avance la consolidación del eje urbano.
Villalba subrayó que el desarrollo inmobiliario debe acompañarse de infraestructura adecuada. “El crecimiento no puede darse sin rutas, drenaje, energía, saneamiento y planificación urbana clara. La diferencia entre repetir errores o construir una ciudad inteligente está ahí”, sostuvo. Para ella, los proyectos que incorporan estándares de infraestructura con previsión se posicionan mejor frente al mercado y las condiciones climáticas cambiantes.
Consultada sobre el temor de algunos inversores ante el riesgo país o la incertidumbre local, Villalba fue tajante: “El riesgo no está en el país, está en elegir proyectos improvisados”. A su criterio, cuando existe respaldo técnico, experiencia comprobada y planificación real, el riesgo se reduce considerablemente. Recalcó que la clave está en optar por desarrollos con ingeniería sólida y visión a largo plazo, no en decisiones especulativas.
El cambio climático y las inundaciones también forman parte de la agenda de los nuevos proyectos. Villalba explicó que hoy “es imposible hablar de futuro inmobiliario sin hablar de gestión hídrica”. En los desarrollos actuales, el diseño contempla niveles de elevación superiores a los registros históricos de crecidas del río y sistemas de drenaje integrados. “Muchos hablan del río como vista; pocos trabajan el río como desafío técnico superado”, señaló, remarcando la importancia de la previsión estructural en la valorización futura de las propiedades.
Finalmente, Villalba consideró que el crecimiento de Chaco’i responde a una necesidad real de expansión urbana. “El puente dejó de ser un símbolo para convertirse en un corredor directo de oportunidades”, concluyó. En su visión, los proyectos que combinen planificación, ingeniería y visión estratégica serán los que definan cuánto valdrá esta nueva zona metropolitana en los próximos años.