Mayeregger consideró que las últimas lluvias registradas, por un lado, trajeron alivio a ciertos rubros agrícolas luego de la prolongada sequía sufrida en 2020 pero también, otros, como la soja, el sésamo y el maíz, se vieron perjudicados por el exceso de agua caída durante la semana pasada.
“La soja está en plena etapa de cosecha de las variedades medias, no obstante, debido a las condiciones de lluvias continuas se encuentra con problemas de piso para las máquinas y se están retrasando los trabajos en cuestión. Por otro lado, normalmente la humedad del grano debería estar en el orden del 14% al 15%, pero a raíz de las condiciones actuales, se encuentra entre 20% y 22%”, explicó.
Añadió que los que pudieron entrar a cosechar en esas condiciones están con problemas de pérdida de calidad de granos, lo que significa un descuento importante al momento de la comercialización.
“En la zona norte y noreste, las condiciones están un poco mejor con respecto a este cultivo, aunque se pudo constatar que la planta contiene solo entre 30 a 35 vainas, cuando lo normal es que tenga entre 55 a 60 vainas”, mencionó.
Además, el ingeniero comentó que algunos productores de soja cerraron el precio de su producto en US$ 520 la tonelada, lo que implicaría que si no llenan el cupo prometido estarán obligados a comprar para cumplir con su compromiso. “Es un punto a tener en cuenta y que, a su vez, explica un poco por qué la agricultura es un negocio de riesgo”, afirmó.
Así también, señaló que el sésamo muestra algunos problemas con el exceso de humedad, que puede llegar a generar pérdidas de calidad en el campo. De igual forma, los cultivos entre zafra (zafriña) de soja y maíz están con atraso debido a esta situación. “Hay que recordar que el horizonte de siembra recomendado es el 20 de febrero para ambos rubros, teniendo en consideración el riesgo de heladas en etapa reproductiva”, especificó.
Con respecto a los otros rubros, indicó que la caña de azúcar, la mandioca, la yerba mate y el arroz se encuentran en proceso de recuperación de la falta de lluvias que se generó en los últimos meses del año pasado. “El sector frutihortícola también se ha visto beneficiado”, expresó.
“Otro detalle a resaltar es la fuerte presión fitosanitaria que está generando este comportamiento climático, alta humedad ambiental y temperatura con valores por encima de los 30 grados centígrados. Ejemplo, la aparición de la roya de la soja”, expuso.
Según Mayeregger, se espera que las condiciones de inestabilidad se mantengan hasta mediados de febrero. “En marzo, la tendencia en el comportamiento climático es pasar a un estado neutro. No se migraría al El Niño ni continuaría La Niña”, reportó.