Por su parte, Liliana González, presidenta de la Asociación Paraguaya de Recursos Humanos (APARH) , explica que hay un desfase en la forma de pensar y de comunicarse entre las empresas y las nuevas generaciones.
“Hoy los jóvenes empiezan a consolidar sus vidas recién a partir de los 30 años. Entre sus 20 y 30 años, no se arraigan en ninguna empresa. Si encuentran una oportunidad para viajar, la toman. Este comportamiento es tomado muchas veces como falta de compromiso por parte de la empresa.”, menciona.
González explica además que los jóvenes exigen mayor flexibilidad laboral. No tienen problema en trabajar después de las 18:00 horas, pero negocian la inclusión de otras actividades dentro su horario laboral.
“Los tiempos cambiaron y la empresa que se adapte a los cambios y comprenda cómo comunicarse con las nuevas generaciones será la más competitiva”, concluyó.
Este y otros temas serán desarrollados con mayor profundidad en la primera Cumbre Paraguaya de Gestión de Personas, el próximo 5 y 6 de noviembre, en el Hotel Bourbon.
“Trabajo vs Flexibilidad”. Las empresas y el desafío de retener a los talentos
Los jóvenes de hoy tienen una concepción muy distinta del trabajo.
Según Paula Molinari, al preguntar a las personas que esperan de su trabajo, suelen coincidir en: desarrollo, oportunidades, buen clima y balance con la vida personal. Pero dependiendo de la generación a la que se consulte, estos conceptos tienen una interpretación muy diferente.
En su libro “Turbulencia Generacional”, que será presentado el día de hoy, menciona que debido al aumento en la longevidad, las nuevas generaciones tendrán un ciclo laboral más largo que el de sus padres y abuelos. Y en consecuencia, los jóvenes se embarcan en la búsqueda de lo que uno “ama”. Esto los motiva a encarar un periodo de exploración considerado como una “inversión” para el futuro y que ocurre entre los 20 y 30 años.
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