El informe del BID consideró tres escenarios para el comercio electrónico en Paraguay. El escenario central presenta una dinámica similar a la observada en los últimos tres años, con la que las transacciones alcanzarían un valor de G. 1.674.249 millones (US$ 229 millones) en el 2025.
Así, su proporción con respecto al Producto Interno Bruto (PIB) comercial se ubicaría en un 4,6%, con un escenario bajo de 2,6% y uno alto de 6,6%. El informe también destacó que las operadoras de medios de pago han desarrollado nuevas formas de pago para las compras, que buscan incorporar a las mipymes al comercio electrónico.
Además, la baja participación de las compras electrónicas en rubros como supermercados y despensas; perfumerías y farmacias; tiendas; compañías aéreas; entre otras; ofrece oportunidades de crecimiento.
Con respecto a los resultados obtenidos, afirman que la pandemia aceleró el crecimiento del comercio electrónico local, al triplicar su proporción con respecto al PIB comercial. La relación del comercio electrónico con respecto al PIB de la actividad comercial pasó de 0,5% (2019) a 1,5% (2021).
Esto se refleja, a su vez, en la encuesta realizada por la Cámara Paraguaya de Comercio Electrónico (Capace) en mayo del 2022, a través de CCR Research Solutions, donde se evidenció que el 74% de los encuestados realizó una compra en línea en los últimos doce meses. Incluso, el 53% señaló que compró en las últimas tres semanas en el medio local. Para los que compraron en el extranjero ese porcentaje fue del 46%.
El volumen de transacciones en 2022 se triplicó en comparación al 2021 y al 2020. En el 2021 el crecimiento en relación al 2020 fue de 194,1%, para totalizar 2.332.893 transacciones. Asimismo, el smartphone dominó la categoría de dispositivos más usados en las transacciones de e-commerce. A su vez, las compras locales tuvieron mayor participación que las del exterior.
Este dato fue respaldado también por el Instituto Nacional de Estadística (INE) al señalar que el 97,3% de la población mayor a 10 años, que usa internet en Paraguay, lo hace a través del celular.
Para el año 2020, el INE publicó que la población usuaria de internet representó el 80,8% en el área urbana, alrededor de 3 millones de personas, y el 61,8% en el área rural, aproximadamente 1,3 millones de personas. Aunque solo un 15,9% de la población afirmaba que lo había usado para comprar o vender productos o servicios.
Los rubros que lideraron las compras online fueron los marketplaces: tiendas multimarca y plataformas de delivery, con una participación del 26%. Le siguen electrodomésticos y artículos electrónicos (15%); agencias de viaje (9%); y tiendas (9%).
Según Bancard, los marketplaces, como canal de venta, que muestran mayor volumen de transacciones son Monchis, Pedidos Ya, y Tienda Naranja del Banco Itaú. En estas plataformas se evidencia que entre el 60% y el 75% de las operaciones se pagan en efectivo. Para el 2021, se estima que más de 3.500.000 de transacciones fueron en efectivo.
El número de comercios que participaron en las compraventas electrónicas mostró tasas de crecimiento de tres dígitos. Pasó de 169 establecimientos (marzo del 2019) a 428 comercios (diciembre del 2021). Estos últimos representan aproximadamente el 1,2% de los comercios físicos totales.
Lo que falta por hacer
Las principales barreras para el desarrollo del comercio electrónico tienen que ver con una percepción de riesgo, inversiones de capital y baja formalización de comercios. Los consumidores consideran al comercio electrónico como una actividad riesgosa. Además, lo perciben como restrictivo, ya que requiere tarjeta de crédito para operar.
El análisis sugiere que potenciar el comercio electrónico para poder asegurar su crecimiento continuo requerirá una importante inversión en conectividad e infraestructura, dado que en el área rural del país los usuarios de internet representan un 61,8%, aunado a la brecha de infraestructura que persiste.
Algunas recomendaciones incluyen: garantizar el acceso a internet y realizar capacitaciones en tecnología de la información. Por otro lado, se deberá fomentar la educación financiera de modo de fortalecer la inclusión.
A su vez, se debe trabajar en formalizar a las empresas; apoyar a mipymes para desarrollar sus empresas digitales; favorecer la interoperatividad del sistema de pagos; e impulsar el financiamiento al sector de comercio electrónico. Y para contrarrestar la percepción de que el comercio electrónico es riesgoso, se deberá proteger al consumidor y cooperar en materia de ciberseguridad.