“Los museos del Paraguay necesitan dar un giro hacia la apertura, convertirse en lugares de la ciudadanía, donde habitar y practicar el pensamiento”, afirmó Laura Mesa, directora del Centro Cultural de España Juan de Salazar (CCEJS). Desde su mirada, estos espacios enfrentan una transformación necesaria: dejar de ser simples contenedores de objetos y discursos para convertirse en territorios vivos de encuentro y aprendizaje colectivo.
Mesa señaló que el país cuenta con pocos museos, algunos públicos y otros privados, que “luchan por volverse espacios de reflexión y crítica”. Pero los obstáculos, “las colecciones necesitan conservación preventiva constante, algo afectado por la falta de formación, fondos y personal. Al mismo tiempo, deben lograr permear en la población como algo cotidiano y accesible”, dijo.
En sintonía con esa visión, Jorge Canese, encargado de la dirección del Museo del Hospital de Clínicas, pone el foco en un problema estructural, que es la falta de memoria histórica. “Paraguay es un país sin memoria. Y dada esa cualidad, repetimos siempre los mismos errores. Tenemos muy pocos museos y muy pocos recuerdos. Y sin recuerdos, sin conciencia de nuestras equivocaciones, no vamos a poder progresar”, reflexionó.
El Museo del Hospital de Clínicas, pequeño y discreto, conserva piezas que narran la historia de la salud pública nacional, íntimamente ligada a los grandes momentos del país. Entre sus salas, se revive el pasado de las dos grandes guerras y se recuerda la lucha de generaciones enteras por el bienestar colectivo. “Nuestro pasado no lo usamos para sustentar las acciones del presente. Hay mucha mezquindad y mucha improvisación en todo”, puntuó Jorge.
En ambos testimonios aparece una preocupación compartida, la conservación de las colecciones y la educación patrimonial. Sin recursos ni personal capacitado, muchos museos dependen del esfuerzo de unos pocos profesionales y de iniciativas ciudadanas que intentan suplir la ausencia del Estado. Laura Mesa mencionó como ejemplo el proyecto Acervo Pyore, que impulsa la formación en conservación y promueve la creación de espacios de resguardo para materiales históricos. “Es evidente que la población, especialmente quienes están vinculados a las humanidades reclama lugares de formación y mejoras para las instituciones museísticas”, dijo.
En el Hospital de Clínicas, Jorge Canese reconoció que, “el problema nuestro es la improvisación eterna. En todos los ámbitos del país, incluido el arte, cometemos los mismos defectos porque no aprendemos del pasado. En la cultura, bien entendida, deberíamos acumular experiencias y saber aprovecharlas”.
Frente a estos desafíos, los museos buscan nuevas estrategias para atraer visitantes y conectar con generaciones más jóvenes. En el CCE Juan de Salazar, la apuesta es democratizar lo cultural. “Lo artístico no nace ni depende del conocimiento académico o elitista. Por eso impulsamos actividades en escuelas, con personas adultas mayores, talleres gratuitos y acciones descentralizadas e interdisciplinarias”, explicó Mesa.
Estas iniciativas ya muestran resultados. La Colección-Museo Josefina y Julián de la Herrería, que históricamente registraba baja concurrencia, experimentó un repunte de visitas desde la implementación del programa de Mediación Escolar, que invita a escuelas del barrio a recorrer las exposiciones. En 2024, durante el evento “Los museos se muestran”, el centro cultural recibió más de 2.300 visitantes en un solo día, una cifra inédita que confirma el interés del público cuando existen propuestas accesibles y participativas.
En tanto, el Museo del Hospital de Clínicas también aprovecha instancias colectivas como la Noche de los Museos, donde los recorridos gratuitos organizados por la Organización Noche de los Museos multiplican la afluencia. “Durante ese evento, entre las siete y las nueve de la noche es cuando más gente llega. Después merma, pero sigue siendo una de las pocas oportunidades en que el museo se llena”, comentó Canese.
Ambos referentes coinciden en que el apoyo institucional hacia los museos es todavía insuficiente. Si bien la Secretaría Nacional de Cultura (SNC) realiza esfuerzos, estos no logran cubrir la magnitud de las necesidades. “La SNC encuentra formas de apoyar, pero sigue siendo insuficiente”, reconoció Mesa. Canese, por su parte, plantea un cambio de paradigma. “Deberíamos aumentar el precio de la cultura, valorar más nuestros referentes, no solo la valentía del paraguayo en combate, sino también a quienes aportaron al pensamiento, el arte y la educación. Los museos no tienen mucho predicamento ni difusión, porque la cultura no es negocio en Paraguay”, dijo.