Desde sus primeros meses de vida, Alfonsina Maldonado demostró una fortaleza que la acompañaría durante toda su vida. “Cuando tenía seis meses de vida un incendio provocado por una vela causó quemaduras severas en mí y la pérdida de una mano, pasé 32 días en coma, un año y medio en incubadora; hasta los cinco años en aislamiento médico. Tengo en total 18 cirugías plásticas y enfrenté muchos tratamientos dolorosos”, comentó.
Desde pequeña, Alfonsina soñaba con ser atleta olímpica, se lo admitió a un médico mientras recibía tratamiento para sus quemaduras, a lo que él le replicó: “Los atletas olímpicos no lloran”. Eso le servía a Alfonsina para soportar el dolor durante el tratamiento. Por otra parte, ella tenía un gran amor por los caballos, una pasión heredada de su abuelo, y más tarde se formó para ser instructora de equinoterapia.
“A los 21 años, decidí perseguir mis sueños, viajé a Europa. Allí enfrenté innumerables desafíos, pero nunca perdí mi determinación. Mandaba correos electrónicos diarios a marcas buscando patrocinio. Hasta que en 2016 logré llevar por primera vez a Uruguay a los Juegos Paralímpicos de Río 2016, también participé en dos Copas del Mundo y alcancé el quinto lugar en el ranking mundial. Siempre digo que lo único imposible es si no tenés voluntad y que las grandes metas requieren de grandes esfuerzos”, destacó Maldonado.
Alfonsina es un ejemplo dentro y fuera del deporte. Además, representa a grandes marcas como RAM, Jeep y La Roche. Sin embargo, su contribución más significativa es su labor social, a través de su fundación, brinda apoyo y motivación a niños con quemaduras en hospitales, compartiendo su historia de vida y mostrando que las adversidades pueden superarse.
A pesar de sus logros, Alfonsina subrayó: “El camino no es fácil. Los recursos económicos necesarios para competir a nivel élite siguen siendo un obstáculo, por lo que sigo en constante búsqueda de patrocinadores para continuar representando a mi país en competencias internacionales”.
Alfonsina dejó un mensaje claro, “la voluntad es el motor que mueve el mundo, no importa de dónde vengas o cuáles sean tus circunstancias, si tenés un sueño y trabajas con esfuerzo, podés lograrlo”. También insta a las personas a no temer al fracaso ni a los rechazos, y a perseverar en la búsqueda de sus metas.