En el marco del Día Internacional del Fútbol Femenino, conmemorado cada 23 de mayo, Silvia Caballero Greco, gerente comercial y de marketing de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), compartió una mirada sobre el camino recorrido por el fútbol femenino en el país, destacando avances estructurales y culturales, así como los desafíos que todavía persisten.
“En los últimos años, la participación femenina en el fútbol creció de manera significativa, y un claro ejemplo de esto es el Centro de Alto Rendimiento Femenino (CARFEM). Este proyecto, que significó una importante inversión para la APF, con el apoyo de la FIFA y la CONMEBOL, ha superado los US$ 5 millones. Cuenta con dos hoteles de concentración —uno para la Selección Absoluta y otro para las selecciones formativas— además de siete canchas, graderías, palcos, cabinas de prensa, estructuras para transmisión de partidos, vestuarios y gimnasio”, afirmó Caballero.
Además, el complejo cuenta con un estadio propio con capacidad para 5.000 espectadores, sede de los partidos del torneo femenino nacional. No se trata solo de infraestructura, sino de dignidad deportiva, de condiciones equitativas y de una apuesta concreta al alto rendimiento de las mujeres futbolistas. “El CARFEM es una ratificación del compromiso de la administración del presidente Robert Harrison con el desarrollo y crecimiento del fútbol femenino en Paraguay”, enfatizó.
En los últimos años, las selecciones femeninas paraguayas alcanzaron hitos relevantes que consolidan su posicionamiento internacional. La Selección Absoluta fue cuarta en los Juegos Panamericanos Lima 2019 y en la Copa América Femenina Colombia 2022. Además, disputó el repechaje mundialista rumbo a Nueva Zelanda 2023, quedando a las puertas del sueño global.
Las categorías formativas también dejaron huella. La Sub 20 obtuvo la medalla de oro en los Juegos Suramericanos de Cochabamba 2018, fue vicecampeona sudamericana ese mismo año y clasificó al Mundial de Francia. En 2024, repitió el subcampeonato sudamericano, asegurando un lugar en el Mundial de Colombia.
La Sub 17, por su parte, logró el tercer puesto en el Sudamericano 2016 y clasificó al Mundial de Jordania. También tiene presencia confirmada en el Mundial de Marruecos 2025. Este crecimiento competitivo es resultado de años de trabajo sostenido, tanto en la captación de talentos como en la profesionalización de los cuerpos técnicos y programas de formación.
“El fútbol femenino en Paraguay es hoy una fuente de inspiración para toda una generación”, aseguró Caballero. Más allá de los logros deportivos, las jugadoras son emblemas de lucha, constancia y superación. Muchas de ellas, además de ser deportistas, son madres, y lo hacen sin renunciar a sus sueños ni a su rol en la cancha.
Otro aspecto fundamental en esta evolución es el creciente interés del sector privado. “Al principio, las marcas se vinculaban al fútbol femenino desde la responsabilidad social. Hoy, muchas lo hacen por estrategia comercial y visibilidad. Actualmente tenemos marcas que destinan toda su inversión únicamente al fútbol femenino. Si bien aún hay margen para crecer, la tendencia indica que la asociación entre marcas y fútbol femenino será cada vez más fuerte y estratégica en los próximos años”, sostuvo.
Si bien los avances son indiscutibles, aún hay desafíos por afrontar: la profesionalización de las ligas, la equidad salarial, la diversificación geográfica de las oportunidades y la continuidad de los procesos formativos. Pero, según Caballero, “las mujeres futbolistas paraguayas demostraron que todo es posible cuando existe un deseo genuino de seguir creciendo”.