Según Massacesi, la metodología Passivhaus, que nació en Alemania, se adapta perfectamente a climas extremos como el paraguayo, donde las temperaturas elevadas demandan soluciones constructivas innovadoras. Las casas de verano que adoptan este estándar priorizan el aislamiento térmico, la protección solar y una hermeticidad avanzada, logrando así un ambiente interior uniforme y cómodo, independientemente de las condiciones externas.
El diseño de estas viviendas comienza con un aislamiento térmico adecuado. Materiales como la celulosa proyectada o el poliestireno expandido garantizan que las temperaturas internas se mantengan estables, incluso durante las olas de calor. Otro factor fundamental es la eliminación de los puentes térmicos, puntos por donde el calor o el frío pueden infiltrarse, lo que además previene problemas como la aparición de moho o daños en las paredes. Las carpinterías de alta eficiencia, con vidrios dobles o triples y cámaras rellenas de gas argón, son esenciales para minimizar las pérdidas de energía y asegurar un buen desempeño térmico.
Massacesi también destacó la importancia de la hermeticidad en estas construcciones. Mientras que en las casas tradicionales el intercambio de aire puede alcanzar niveles altos, en una Passivhaus se reduce significativamente, logrando un ahorro energético notable. Además, para mantener la calidad del aire en espacios tan sellados, se incorporan sistemas de ventilación mecánica controlada, que garantizan un ambiente saludable y cómodo durante todo el año.
Desde el diseño arquitectónico, las tendencias para este verano apuntan a incorporar espacios funcionales y sostenibles. Las piscinas más pequeñas están ganando popularidad por su bajo impacto ambiental, mientras que las áreas exteriores protegidas, como pérgolas o zonas de sombra con vegetación, se convierten en puntos clave para disfrutar del aire libre sin sufrir directamente el calor.
Otro aspecto destacado es la capacidad de estas viviendas para enfrentar los cortes de energía, un problema recurrente en nuestro país. Según el arquitecto, una casa diseñada bajo los principios de Passivhaus puede mantener su temperatura interna confortable durante varias horas, incluso sin aire acondicionado. Esto supone una ventaja significativa frente a las construcciones convencionales, que suelen calentarse rápidamente al interrumpirse el suministro eléctrico.
Con estas innovaciones, las casas de verano no solo se adaptan a las demandas del clima, sino que también establecen un nuevo estándar en cuanto a sostenibilidad y confort. Para el calor extremo de Paraguay, estas tendencias arquitectónicas representan un cambio significativo hacia un futuro más eficiente y amigable con el medio ambiente.