En realidad, hay trampa: el MP01 no ha nacido para convertirse en el móvil principal del usuario, sino en un segundo móvil al que recurrir cuando uno termine la jornada laboral. En lugar de decir “lo pongo en modo avión” o “no atiendo a temas de trabajo” cuando llega el esperado fin de semana, la idea es que el usuario apague su smartphone y recurra a la simpleza extrema de este dispositivo. ¿Qué tiene de especial? En realidad, en donde destaca es en sus carencias: sólo sirve para hacer llamadas y de hecho, por no tener, no tiene ni pantalla en color.
El MP01 resucita los botones numéricos físicos (idóneos para marcar los números de teléfono) y quien se aventure a enviar un SMS deberá acostumbrarse al mítico teclado T9 (el que emplea grupos de caracteres ‘abc’). Pero tanta carencia tiene que tener también sus ventajas: el móvil se debe cargar “de cuándo en cuándo”, o más o menos un par de veces al mes.
‘Premium’ en diseño
¿Es posible que un móvil tan básico hoy en día tenga su mercado? Lo tiene. Desde Punkt instan a leer un reciente estudio publicado en el diario Financial Times en el que se destaca que los móviles tontos’(aquellos que sólo sirven para llamar) están volviendo a vivir una época dorada ante un hartazgo generalizado de la tiranía de las notificaciones del smartphone. Y el asunto no es baladí: consultamos la pantalla del móvil una media de 150 veces al día ¿cuánto tiempo perdemos en ello? Marcia Caines, responsable de comunicación de la compañía, confirma a EL PAÍS que este nicho de usuarios hartos de los smartphones movió en 2015 7.000 millones de dólares.