El vehículo incluye una cámara frontal capaz de detectar el número de carriles que tiene la carretera, una pantalla de 7 pulgadas en su interior y freno de estacionamiento electrónico. Se trata del primer coche de Nissan en incorporar la tecnología ProPilot y, aunque solo funcionará en carreteras con un único carril, la compañía espera que para 2018 sus vehículos puedan realizar cambios de carril y adelantamientos de forma autónoma, y que para 2020 sean capaces de girar a la izquierda o a la derecha por sí solos en las intersecciones.
Sin embargo, el modo de piloto automático de Serena no puede ser activado en cualquier circunstancia. Tras encender el modo ProPilot del vehículo, la conducción autónoma sólo estará disponible si se está conduciendo a una velocidad adecuada. Además, dispone de una alarma que sonará siempre que el conductor no tenga sus dos manos en el volante.
Durante la demostración realizada a los medios, se detectó que la cámara frontal del vehículo no podía detectar al coche de adelante si hay luz solar directa, como podría suceder en el momento de la puesta de sol o en días especialmente soleados, por lo que el conductor no debe confiarse, dado que este sistema pretende asistir al conductor pero en ningún caso sustituirlo. "Nosotros hemos diseñado el sistema y lo hemos comunicado de una manera que no haga que el usuario tenga un exceso de confianza", afirma el ingeniero de Nissan Kiwamu Aoyanagi al ser preguntado por los recientes accidentes en vehículos autopilotados de Tesla Motors, evidenciando la preocupación de la empresa por asegurarse de que los usuarios no confían demasiado en las prestaciones del vehículo.
(Fuente: El País)