En lo que respecta a las mujeres de áreas urbanas -las más perjudicadas-, la tasa combinada entre subocupación y desocupación sufrió un incremento interanual del 17,5% a 21,4%, lo cual representa a poco más de 200.000 personas. Asimismo, la tasa de desocupación y subocupación total cerró el año pasado en 15,4%, una proporción menor a lo registrado en el tercer trimestre del 2020, cuando se llegó al 18,2%, la cual representó la tasa más alta en comparación a los dos trimestres anteriores.
Para comprender mejor, la población categorizada como desocupada está conformada por aquellas personas dentro de la fuerza de trabajo, que estaban sin trabajo en los últimos siete días (antes de la encuesta), que estaban disponibles para trabajar de inmediato o que habían tomado medidas concretas durante los últimos siete días para buscar un empleo asalariado o un empleo independiente. Además, se incluye en la categoría a las personas que no buscaron activamente trabajo en los últimos siete días por razones de enfermedad, mal tiempo o espera de noticias.
Entretanto, la subocupación incluye a personas ocupadas que trabajan menos de 30 horas por semana en su ocupación principal y en sus otras ocupaciones o que desean trabajar más horas por semana y están disponibles para hacerlo.
Empleo femenino
“Sería correcto decir que el último trimestre del 2020 tuvimos una disminución del porcentaje total de desocupación y subocupación, pero debemos tener cuidado con la situación del empleo femenino”, sostuvo Serafini.
La economista recordó que hasta el tercer trimestre del 2020, la disminución de la desocupación femenina se dio debido a que las mujeres estaban trabajando sin remuneración. Asimismo, señaló que al analizar la recuperación del empleo entre abril y setiembre se observa que “las mujeres perdieron más rápido su empleo al iniciar la pandemia y, a la vez, son las que tardan más en insertarse de vuelta al empleo formal”.
“Otro punto a tener en cuenta es que el año pasado la carga laboral en las mujeres aumentó por tener a los hijos en la casa. Este fenómeno ocurrió en todos los países, no solo en Paraguay”, enmarcó Serafini, quien aprovechó para agregar que a nivel institucional no se mide el empleo doméstico desde el 2016. Aparte de las tareas de maternidad, las tareas de cuidados las mujeres también tuvieron presión en el crecimiento de la carga laboral, ya que muchas familias contaron con enfermos o en confinamiento preventivo el año pasado.
Falta de inversión perjudica estadísticas
Por último, la economista manifestó la necesidad de fondear más proyectos de elaboración de estadísticas para analizar mejor la realidad nacional. “Es innegable que existe una falta de interés generalizada en generar información. No solo ocurre en temas de género, sino en temas bien complicados como las Alianzas Público-Privadas, el sistema tributario, subsidio a transportistas y la canasta de inflación del BCP”, finalizó.
Del total de la población desempleada y subocupada, el 60% corresponde a mujeres al cierre del 2020
(Por Diego Díaz) Tras la publicación del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) referente a la situación del desempleo y subocupación en el último trimestre del 2020 se conoció que el 60% de las personas desempleadas o subocupadas son mujeres. Para la economista Verónica Serafini, el año cerró con números menos preocupantes, pero con un panorama aún complicado para la población femenina.