Según Gustavo Lezcano, vicepresidente de la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu), “para este año se espera un crecimiento estimado entre el 5% y el 7%, reflejando una recuperación significativa frente a períodos anteriores afectados por el contrabando y la fuga de consumo hacia países vecinos”.
En ese sentido, Lezcano aseguró que uno de los mayores desafíos del sector fue la lucha contra el contrabando, que históricamente afectó la competitividad de los supermercados formales. “Este año, el panorama mejoró gracias a las reformas económicas en Argentina, que redujeron la brecha de precios en la frontera, y a esfuerzos gubernamentales para contener el comercio informal. Esto permitió que más consumidores optaran por productos disponibles en el mercado local, fortaleciendo la microeconomía del país”, indicó.
Mientras que para Paul Grimm, directivo de la Capasu y gerente de relaciones institucionales de Casa Rica y Arete Supermercados, el 2024 trajo consigo un panorama más estable que los periodos de pandemia y post pandemia, pero no estuvo exento de retos para el sector supermercadista. Factores como la prolongada sequía, la bajante del río, los conflictos internacionales impactaron tanto en los costos operativos como en los precios al consumidor final.
En cuanto al comportamiento del consumidor, el sector observa una tendencia hacia un mayor consumo de productos nacionales. Se estima que entre el 70% y el 75% de los artículos adquiridos en los hogares paraguayos son de origen local, debido a mejoras significativas en la calidad, el empaque y los precios competitivos.
Por otro lado, según Lezcano, el e-commerce aún no despega en el rubro. “Los consumidores prefieren visitar las tiendas físicas para seleccionar personalmente frutas, verduras frescas y otros productos pasables”, dijo.
En cuanto a las temporadas, diciembre resulta un mes interesante para el sector, que se ve impulsado por las promociones de eventos como el Black Friday y el pago del aguinaldo.
Según Grimm, “el fenómeno mundial llamado Black Friday aún no es bien manejado en nuestro país, en donde se reduce a cierto tipo de productos y comercios, y en cantidades insuficientes. En este sentido, los supermercadistas manejan mucho mejor las ofertas, y los clientes saben qué días y fechas hacer sus compras en nuestros locales. Y esto es muy bueno, porque significa que el comercio local es fuerte y sabe llevar adelante campañas locales, en contraposición a ofertas ‘importadas’, que pretenden aplicarse sin hacer el desarrollo previo”.
Durante este período, el consumidor se muestra más dispuesto a gastar y prioriza la calidad y el disfrute sobre el precio. Esto genera un incremento significativo en las ventas, especialmente en bebidas, carnes y productos enlatados, que son protagonistas de las celebraciones de fin de año.